Tras la propuesta del Partido Verde de prohibir la práctica de la charrería en Puebla, bajo el argumento de maltrato animal, charros de Puebla pidieron a Juan Carlos Natale López que acuda a una charreada y visite las instalaciones y conozca realmente la situación en que se encuentran los caballos, además de que tendría que derogarse el decreto presidencial de 1933 que protege a este deporte; en el tema de las corridas de toros, conocedores del tema indicaron que la argumentación del legislador carece de bases científicas, siendo una característica de los “neoconservacionistas” que utilizan este argumento barato.

Héctor Zarandona Prats, charro desde los cinco años, que ha ganado concursos estatales y nacionales, se refirió a la iniciativa presentada por Juan Carlos Natale e indicó que el “deporte nacional por excelencia” fue denominado así por un decreto presidencial.

Explicó que este deporte consiste en llevar las prácticas para manejo de ganado que aún se realizan en los ranchos y las haciendas sin que haya el llamado maltrato animal.

Héctor Zarandona Prats, conocido como “El Pollo”, declaró que hasta el momento se desconoce en qué se basa el legislador en pedir que se prohibir esta práctica y es posible que nunca haya asistido a una charreada, o tampoco acudieron a los congresos nacionales y campeonatos estatales que se realizan en Puebla.

Reiteró que antes de que continúe con la propuesta lo que corresponde es hacerle la invitación para que acuda a un campeonato, congreso y vea lo que se está haciendo.

Comentó que si quienes proponen la prohibición piensan que se maltrata o se descuida a los animales deben saber que un caballo de “cala” o “cola” tienen cuidados extremos, una vez al mes se les cambian las herraduras, se desparasitan, se vacunan, se les da una alimentación de atletas de alto rendimiento.

Reconoció que es un deporte en el que hay algunos accidentes y problemas como en todos los deportes, pues un futbolista se puede lesionar, o un ciclista caerse, pero que la charrería sea maltrato a los animales es falso.

“Realmente la charrería son las faenas de los ranchos y haciendas, lo que uno hace en esos lugares, en la tarea diaria como desparasitar, jugar, marcar el ganado, esto se lleva a un lienzo charro, se adecua a un reglamento y se hace la competencia.

”Si la charrería desaparece, independientemente de que es un deporte nacional por excelencia, se dejaría sin empleo a los artesanos, gente que se dedica a cuidar a los caballos, hay talabarteros, herreros, espueleros, gente que vive de ello, por eso hay que conocer lo que hay alrededor de este deporte”.

Charrería legal
Asimismo, fuentes consultadas en el tema jurídico señalaron que prohibir la charrería en Puebla violaría una disposición federal una vez que existe un decreto presidencial de 1933, pero además el 13 de septiembre de 2011 se presentó ante la Cámara de Diputados la iniciativa para la creación de la Escuela Nacional de Charrería.

Explicaron que en 1931 el entonces presidente de la República, el ingeniero Pascual Ortiz Rubio, estableció el 14 de septiembre como Día Nacional del Charro. Asimismo, se expidió el decreto oficial para que el traje de charro adquiriera el título del atuendo oficial y símbolo de nuestra nacionalidad.

Desde 1933, por decreto presidencial, la charrería es el deporte nacional de México, pues tiene profundas raíces en la formación del pueblo. En sinergia con nobles y educados caballos, se realizan creativas faenas que conjuntan el arte y el deporte, rodeado de las maravillosas tradiciones mexicanas.

Asimismo, desde 1996 la charrería se incorporó a la Comisión Nacional del Deporte (Conade) formando parte del Fondo Nacional del Deporte, y en la actualidad existen más de mil asociaciones charras y más de 600 equipos de escaramuzas, un colegio varonil y femenil de jueces y una coordinación de locutores, los cuales se rigen por estatutos y reglamentos. Prohibir la charrería en Puebla violaría las normas federales que existen.

Exhiben al diputado del Verde 
Asimismo, la propuesta de Juan Carlos Natale de prohibir las corridas de toros, los conocedores del tema indicaron que uno de los argumentos del diputado es que habla del estrés que padecen los animales, e indicaron que este “estrés” se ha visto que está en plantas y seres humanos.

Asimismo, las fuentes consultadas señalaron que científicamente se ha demostrado que hay dolor en los animales como en los seres humanos, pero de lo que no se puede hablar es del sufrimiento animal, este implica una conciencia del dolor que se tiene y es donde no hay nada demostrado de que los animales puedan sufrir.

“Implica una conciencia del dolor, sufro porque me duele esto, el sufrimiento es humano, uno evitable, al igual que dolores evitable e inevitables, y todos los seres humanos van a tener dolores”.

Los entrevistados señalaron que ni los toros ni los gallos de pelea tienen capacidad de sufrir.

Advirtieron que no habiendo fiesta brava, el toro de lidia sin duda se extingue, pues nadie va a sostener un rancho de toros de lidia si al final se carece de la capacidad de tener acuerdos económicos que permitan ingresos para sostenerlos.

Precisaron que más allá de la extinción de una especie, hay que reflexionar sobre el proceso de domesticación de las especies, desde hace miles de años todo procedimiento lleva implícito la generación de dolor y estrés para las especies, y señalaron a una vaca que está en un ato lechero que enfrenta un proceso de estrés por un proceso de ordeña y una vida confinada en un corral.

Señalaron el caso de los perros que se encuentran encerrados en un patio pequeño o en una marquesina.

Explicaron que el argumento barato para los conservacionistas iletrados es el llamar a prohibir este tipo de fiestas, aunque si lo que verdad preocupa es el trato humano a los animales, hay áreas de oportunidad para que trabajen.

Recordaron que hay miles de animales en situación de maltrato y ahí su trabajo sería meterse con otro tipo de intereses como las personas que tienen enjauladas a pequeñas aves como canarios, cenzontles, ahí los confinan toda su vida y ésa es más indigna.

En el caso del toro de lidia, toda su vida que está en el campo libre y sólo unos cuantos minutos de estrés en lo que significa la corrida, mientras un toro destinado a la engorda que tiene mucho más trato con seres humanos, que lo inyectan, que le echan de comer para que esté bien, sufre un proceso más elevado que un animal que está en un evento de charrería.

Finalmente, aseguraron que el toro de lidia tiene una vida más digna que muchos de los animales que pretenden velar por sus derechos.