Un pinche infierno se ha convertido vivir en la zona de Tecamachalco, donde la violencia, extorsiones, asesinatos, robos y ejecuciones, tienen con las tripas amarradas a todos los chambeadores, todo por culpa del dizque alcalde, Nachito Mier.

Y es que el Nachito, más que figura de autoridad, parece un Dandy bananero que lo único que busca es quedar bien peinado pa’trás, cuando de fotos pal’ Tuister se trata o de discursos que nadie pela.

Si no me creen, nomás basta con darse color de la verdadera masacre que se vivió en calles del Barrio de San Nicolás, donde fueron ejecutadas cuatro personas.

Es más, la lluvia de plomo fue a plena luz de día y sin importar que hubiera edificios y casas en la zona, con el mismísimo peligro que una bala perdida provocara otra tragedia, como las que asolan a las familias camoteras.

Pos cómo no, si mi chismoso callejero ya escupió derechito que las víctimas serían de origen colombiano, y no precisamente unas blancas palomillas.

Nel, mis valedores, se trataría de otro de los negos que operan con plena impunidad, a la vista del Nachito y de toda su camarilla, digo, de su ayuntamiento, como quien dice, el esquema gota a gota”.

Resulta que el grupo de colombianos se habría dedicado a extorsionar y amenazar, a cuanto chambeador le entraba a la “rifa del tigre”.

Tanto así, que por la zona del Barrio de San Nicolás ya estaban bien marcados por las “visitas” que hacían, y cómo la armaban pa’ cobrar los abonos chiquitos.

Y ahí no queda la cosa, pos no faltaron los marchantes, que fueron cantando de a solapa, que varias veces los denunciaron a los azules de Tecamachalco pa’ que se los agarraran con las manos en la masa”.

Pero nel, o no llegaban o no le caían a tiempo pa’ pararlos en seco, por lo que en la mira de Doña Justicia ya se investigaría la venganza certera o, incluso, el ajuste de cuentas con otros prestamistas gandallas.

Pos ya de entrada, los carnales y las fantas de Tecamachalco volvieron a la incertidumbre de no sentirse seguros, y al acecho de las balaceras y el olor a la muerte.

Y del Nachito ni hablamos, que ni pa’ dar tranquilidad en la zona sirve, mucho menos pa’ mover las aguas del ayuntamiento y ponerse en chinga a resolver el crimen.

Y es que el góber Sergio Salomón ya se la puso al grano: es el responsable de la seguridad, ¡tómala barbón!

Por cierto, mis culebras, ¿qué haría el Nachito cuando la matazón se hacía?

Dicen lo que saben, que no movió ni un dedo y siguió con su pasarela, ¿será?

Ahí se las dejo al costo.