En estos días todo se refiere a la vista del papa a nuestro país. Los medios nacionales y las principales televisoras no han dejado pasar nada: su despliegue es fenomenal, cubren hasta lo más mínimo para que el pueblo creyente no pierda ningún detalle de esta visita del máximo jerarca de la Iglesia católica.
Nadie le quita su valor histórico a la presencia de Benedicto XVI en nuestro país, nadie pone en duda que la mayoría de nuestro pueblo es católico, nadie cuestiona la fe de la gente, tampoco se puede menospreciar que nos visite. Sin embargo, estos viajes papales los han hecho siempre por diversas naciones del mundo.
México ha sido un país importante y fundamental para el propio Vaticano, en América Latina somos el primero. Además tiene un símbolo religioso de identidad nacional: la Virgen de Guadalupe. Como en ninguna otra parte del mundo, los mexicanos se vuelcan para ver, celebrar, identificarse, llorar y presenciar la visita de un papa.
Aunque cabe señalar que la inmensa euforia y el gran desbordamiento de las masas creyentes, aún no se ha visto como hace 10 años, durante la visita de Juan Pablo II. Con un señalamiento interesante, han sido los jóvenes quienes más presencia demuestran, un fenómeno difícil de explicar y con muchas interrogantes.
Debo decir que el presidente Felipe Calderón Hinojosa cumplió el protocolo para recibir al jefe del Estado vaticano, pero deja demasiadas dudas su discurso oficial. Creo que “se pasó de lanza” y de tiempo, buscó justificar su guerra en contra de los delincuentes, tal vez esperando las indulgencias de Benedicto XVI. La gente lo único que quería era escucharlo, verlo, saludarlo y muchos rezaban tal vez pidiendo un “milagro”.
Como soy “contreras” y nada me parece, también debo decir que al ver las imágenes del encuentro privado que sostuvo Calderón Hinojosa con el jefe de la grey católica en el mundo, privó más su protagonismo por verse juntito a él, que actuar como un representante de un país laico.
Fue inapropiado e irrespetuoso el presidente, ahí presentando a sus funcionarios, familiares, invitados y personas VIP, esperando ser tocados por el papa. Mientras que el pueblo hacia vallas, gritaba porras, esperando y tratando de verlo aunque sea de lejos.
Si el gobierno cree que esa utilización política les acarreara simpatías, yo no lo creo.
Como seguirá fluyendo mucha información y aún faltan las crónicas de la misa principal que este domingo ofrecerá en León, Guanajuato, sabremos cómo se comportaron los tres candidatos presidenciales, que le robarán cámara a Calderón Hinojosa. Bueno, ya era hora, pues la pareja presidencial no lo dejaba, ni a sol ni a sombra.
No quiero dejar pasar lo dicho sobre “el fantasma del marxismo”. Denme chance de plantear mi rollo sobre el mismo: El marxismo forma parte de la historia de las ideas políticas, es una ciencia social, uno de sus fundamentos es la dialéctica, ha servido para el estudiar las relaciones de producción capitalista y fue la base sustancial de uno de los paradigmas del socialismo. 
Una de sus concepciones fundamentales fue explicar la teoría del valor y cómo se da la explotación del hombre por el hombre.
Las herramientas teóricas de Carlos Marx ayudaron a comprender en su momento el funcionamiento del sistema capitalista. Los marxistas aportaron ideas para entender las transformaciones sociales, políticas y económicas entre las sociedades contemporáneas. 
Con la caída del muro de Berlín, el mundo occidental y los Estados Unidos principalmente dieron por muerto al socialismo.
Pensar sólo ideológicamente que el marxismo atentó en contra de las libertades, la fe y en la existencia de Dios, son posturas reducidas. Sigue buscando desde la ciencia una explicación social y científica sobre los grandes problemas globales que enfrenta la humanidad.
Nadie puede negar desde esa postura que muchos errores y abusos se cometieron en nombre del marxismo. Quiénes lo utilizaron y tomaron como libro de cabecera, fracasaron, pero sus aportaciones ahí siguen para muchos problemas del ayer y del presente, que no han sido resueltos por el mundo global.
Mientras, el cristianismo defiende la existencia de Dios, como creador del hombre y la tierra. La religión católica es una ideología que busca por medio de la fe creer en ella y ganar creyentes. La Iglesia católica debe reconocer que se ha equivocado, que ha cometido injusticias en la tierra y que ha permitido el abuso y las injusticias de los poderosos.
La dura postura asumida por el pontífice, antes de partir a La Habana, de que “la ideología marxista, tal como fue concebida, ya no responde a la realidad”, es un fuerte golpe hacia la isla, nada cristiana.
Si como dijo, “que el marxismo no tiene respuestas para la construcción de una nueva sociedad”, cabe afirmar que tampoco el sistema capitalista posmoderno ha edificado uno mejor para la humanidad. Todo es libre mercado, depredación social, individualismo y grandes desigualdades sociales.
No soy castrista, me parece que el socialismo cubano ha cometido grandes errores, uno de los cuales tiene que ver con el tema de los Derechos Humanos. Creo que el sistema cubano debe hacer grandes reformas para sobrevivir, pero serán los cubanos quienes lo hagan. La situación sobre las libertades políticas y religiosas en la isla, son complejas y estas también han sido las banderas de quienes buscan intervenir en aquella nación.