Usted debe recordar que en este espacio le comenté de un caso de acoso sexual ocurrido en el interior de la Universidad Mesoamericana, en el área de Gastronomía, donde una de las estudiantes denunció haber sido acosada por su maestro Alfredo Maya Sevilla, quien le pidió un “acostón” para que no perdiera su beca y como se negó no sólo le quitaron este apoyo, sino que además del noveno semestre que cursaba la bajaron hasta el segundo.
También le comenté que las autoridades de este plantel educativo, al enterarse del caso le habían dado todo el respaldo al maestro e incluso habían amenazado a la estudiante para que no se le ocurriera presentar denuncia alguna. Como consecuencia de este abuso, la madre de la menor acudió ante el procurador general de Justicia, Víctor Antonio Carrancá Bourget, para pedir ayuda y el caso fue canalizado a la Agencia del Ministerio Público especializada en Delitos Sexuales, donde de manera inicial le dieron un buen trato pero después todo cambió.
Primero le comentó la pasada columna:

Beca por acostón
“La Procuraduría General de Justicia (PGJ) tiene conocimiento de que Alfredo Maya Sevilla, uno de los maestros, fue denunciado por una de las alumnas por acoso sexual y los delitos que resulten.
”La misma denuncia alcanza al director de esta universidad, Guillermo Taobi, quien pese a conocer de la actitud de uno de sus mentores en el área de Gastronomía no sólo le brindó todo el apoyo, sino que despojaron de su beca a la alumna de 21 años de edad y además le quitaron sus años de estudio; iba en noveno semestre y la mandaron a segundo.
”La afectada, desesperada tras la serie de abusos de los que fue víctima, se presentó a la Agencia del Ministerio Público Especializada en Delitos Sexuales donde presentó denuncia por el delito de acoso sexual en la que de inmediato fue atendida, amén de que le dieron apoyo psicológico para evaluar cómo se encuentra emocionalmente tras haber perdido una beca, ser degrada de grado y todo porque se negó a ‘ir a la cama’ con su maestro. La afectada dijo que la Universidad Mesoamericana se ubica en bulevar Valsequillo y 14 Sur.
”La beca se la dieron en la Casa del Estudiante y el único requisito que le pusieron fue que cumplieran con sus horas de estudio y de práctica, pero a su maestro Alfredo Maya le dio por sentirse ‘galán’ y de plano se la ‘cantó’, le pidió un ‘acostón’, ella se negó y las consecuencias le afectan en sus estudios. El director de la universidad y otras empleadas se confabularon para decirle que por ‘grosera’ le quitaban la beca… ¿y el maestro agresor?, bien gracias.”

Testigos, testigos…
Tras iniciarse la averiguación previa por el delito de índole sexual contra el profesor Alfredo Maya Sevilla, la afectada había dejado entrever que tenía al menos un testigo que había escuchado y presenciado la sucia proposición, este testigo era un compañero de la joven afectada.
Por razones que parecen obvias, el testigo después se olvidó de lo que vio y escuchó —al ver el respaldo que los directores dieron al profesor— y lógicamente siguió en la escuela. Pues resulta que en la agencia especializada en Delitos Sexuales, a la afectada y a su señora madre les dijeron que sin testigo no hay caso, que el expediente va a parar en el archivo muerto, es decir, a la basura y entonces todos los esfuerzos que hicieron para exigir justicia se fueron al caño.
¿En delitos sexuales hay testigos?
¿Cuándo una mujer es agredida física o mentalmente, con una propuesta o una agresión de índole sexual, el agresor lleva testigos o “porra”?
¿Qué pasó entonces con las campañas de que se debe denunciar un delito para que no se repita?
¿Qué va a pasar cuando este maestro se dé cuenta que puede amenazar así a una estudiante y si no hay testigos entonces no le va a pasar nada?
Lo más importante, ¿dónde está la Secretaría de Educación Pública para iniciar una investigación por separado, en un caso donde se utilizó una beca con fines muy privados?
¿Dónde está la justicia?
Nos vemos cuando nos veamos.