Con esta fecha José Luis Martínez Hernández, cumple 108 días de haber ingresado en la cárcel regional de Tepeaca, acusado por delitos graves que tienen que ver con delincuencia organizada.
Martínez Hernández fue aprehendido por elementos de la Policía Ministerial del Estado (PME), en el área de solicitud de antecedentes de la Dirección de Servicios Periciales de la Procuraduría General de Justicia (PGJ), cuando acudió a solicitar su carta de antecedentes penales, sólo que hay un “pequeño problema”, se equivocaron de persona, “qué extraño”.
José Luis Martínez Hernández tiene un homónimo que es originario y vecino de la ciudad de Veracruz, en territorio poblano fue detenido por elementos de la PME, al estar vinculado a una banda dedicada al asalto a transportes en carreteras, robo de vehículos y otros delitos más, que podrían ser una cédula del crimen organizado.
Por alguna razón que usted y un servidor desconocemos, cuando José Luis Martínez —el de Veracruz— fue presentado ante el Ministerio Público éste lo dejó salir y más tarde, en el transcurso de las investigaciones procesales, el juez de Primera Instancia, giró orden de aprehensión en su contra, por delitos que tienen que ver con la delincuencia organizada.
Es obvio, delincuentes como José Luis Martínez —el de Veracruz—, al momento de que fue liberado ya no regresó por lo menos al juzgado para firmar, ya que gozaba de una libertad tras el pago de una fianza.
¿Cómo entonces llegaría a la ciudad de Puebla, a uno de las instalaciones de la Procuraduría General de Justicia (PGJ), a sacar su carta de antecedentes penales?
¿Equivocación?
El jueves 14 de junio, José Luis Martínez Hernández —el de Puebla—, llegó a la Dirección de Servicios Periciales, para solicitar una carta de no antecedentes penales para su trabajo, ahí le dijeron que esperara unos minutos.
Más tarde llegaron a esas oficinas elementos de la PME, iban armados y comenzaron a gritarle, le dijeron que ya sabían que era un delincuente peligroso y sin darle tiempo de defenderse lo golpearon, lo esposaron y se lo llevaron directo a la cárcel de Tepeaca, donde lo ingresaron, dejándolo a disposición del juez de Primera Instancia, José Luis Arenas Juárez, con muy poca experiencia en asuntos penales —en la próxima entrega le diré por qué—.
A José Luis no lo dejaron que tuviera de manera inicial un defensor particular y le pusieron uno de oficio, así las cosas, al rendir su declaración preparatoria les dijo que se habían equivocado, que no era el sujeto que ellos buscaban, no les pudo presentar su credencial de elector porque al momento de ser detenido se la habían confiscado los ministeriales, pero nada le valió y le decretaron su formal prisión, incluso fue boletinado en el interior de la cárcel como delincuente peligroso.
José Luis, ya con asesoría de un defensor particular demostró con pruebas fotográficas de que él no era el delincuente que aparece en una ficha delictiva y que está dentro del proceso 295/2010, también presentó su acta de nacimiento, su pasaporte, sus certificados, documentos de identificación bancarios, su IFE —que después le regresaron—, que no es la persona que buscan y ni así.
El juez de lo Penal, José Luis Arenas Juárez se niega a reconocer que el hombre que tienen detenido en la cárcel de Tepeaca es inocente, que se equivocaron, primero la Policía Ministerial y luego él mismo y todo su personal.
Por alguna razón ese Juzgado pretende que José Luis Arenas Juárez se quede en ese penal, mientras que su homónimo, el de Veracruz sigue libre y probablemente perpetrando más delitos.
¿Será que ese José Luis —el de Veracruz— pidió que le hicieran “el trabajito de desaparecer esa orden de aprehensión en su contra?
La historia aquí no termina.


El correo de los muertos….
Carta de la familia de un hombre injustamente encarcelado
“Agradecemos el debido interés prestado por usted en este caso, que para la sociedad sería de gran importancia pues todos los ciudadanos estamos expuestos a este tipo de injusticias y atropellos por el deficiente actuar de nuestras autoridades y servidores públicos. sabemos del gran sentido de profesionalismo con el que se conduce usted y su columna informativa y la generosidad desinteresada que tenga a bien en hacer por José Luis Martínez Hernández, privado de su libertad de manera injusta por ser confundido con un delincuente que lleva el mismo nombre y sobre todo y lo cual no existe forma de agradecer es que el impacto que esto logre ayude a José Luis Martínez Hernández, en regresar con su esposa e hijos los cuales han pasado por cosas y momentos difíciles ya que él era el proveedor de ellos y su único sustento.
”Consideramos que la libertad es uno de los valores fundamentales de los hombres en virtud de que el acto privativo de la libertad personal tiene consecuencias que atentan contra el honor y la reputación del detenido José Luis Martínez Hernández, siendo éste un derecho fundamental inherente a todos los seres humanos que debe ser protegido, así como ser vejado por las autoridades señaladas en este resumen que se traduce a la violación de los derechos humanos y constitucionales de José Luis Martínez Hernández.
“Atentamente. familia Martínez Hernández.”

Hasta aquí la carta.
Nos vemos cuando nos veamos.
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