En la pasada entrega le comenté que en la cárcel del Distrito de Tepeaca, se encuentra privado de su libertad José Luis Martínez Hernández, un poblano que la Policía Ministerial del Estado (PMP), confundió con un veracruzano, presunto integrante del crimen organizado que también se llama José Luis Martínez Hernández, quien fue detenido en el mes de agosto del 2010, como presunto responsable de asaltos a transportes en carretera y que por alguna razón desconocida fue puesto en libertad y más tarde, cuando el sospechoso ya se encontraba lejos, muy lejos, le salió la orden de aprehensión.
Le comenté que de esta “equivocación” estaba enterado el juez de Primera Instancia, adscrito a Tepeaca, José Luis Arenas Juárez, quien “su poca experiencia”, lo llevó a no prestar atención a la equivocación y permitir que un hombre inocente esté siendo procesado por un delito que cometió un presunto delincuente de otro estado, con el mismo nombre pero de características, edad, fechas de nacimiento, actividades, además de padres diferentes.
Ahora le comento que José Luis Arenas Juárez, el único “mérito” que tiene a su favor es ser hijo de la magistrada de la Segunda Sala Civil, María de los Ángeles Juárez Hernández —lo que de entrada significa un caso de nepotismo— y que fue nombrado juez interino, en sustitución de la jueza Rosalba Elena Zarate Herrera, quien fue asignada al Juzgado de Ejecución y Sentencias, en otras palabras, que no tiene la preparación necesaria para atender casos penales como el que le comento.
Se lo digo más fácil, es un “recomendado”.
Este juez interino es quien se ha hecho “sordo y ciego”, esperemos que por omisión, de la petición del interno del Penal de Tepeaca, José Luis Martínez Hernández, para que lo ponga en inmediata libertad, porque no es la persona que debe estar siendo procesada, se equivocaron al detenerlo.
El juez de manera consecutiva a ignorado que José Luis Martínez —el de Puebla—, no es el mismo que aparece en la fotografía de identificación tomada el 27 de Agosto del 2010, dentro de la averiguación previa 1742/2010/RVPUE, al detenido José Luis Martínez —el de Veracruz—, que las direcciones, fechas de nacimiento e incluso credenciales de elector no concuerdan.
Ha ignorado la declaración del detenido rendida ante el agente del Ministerio Público sobre el nombre de sus padres —Miguel Ángel Martínez Trejo y Eva Hernández Palomec—, que no son los mismos padres del hombre que tienen detenido de manera injustificada.

No hagas cosas buenas que parezcan…
El garrafal error, cometido primero por personal de la Policía Ministerial del Estado (PME), al detener sin confirmar identidad de un sospechoso, luego del Ministerio Público al tampoco confirmar la identidad del detenido y luego del juez que ante el cúmulo de pruebas que demuestran esta equivocación, llevan pensar muy mal de la procuración y administración de justicia.
Puede ser —aunque parezca inaudito— que todos se hayan equivocado por negligencia y estaríamos ante un caso de atarugamiento colectivo.
Puede ser que el sospechoso, José Luis Martínez Hernández —el de Veracruz—, haya sido el “artífice” de la “equivocación”, y que haya movido los hilos para que otro ocupe su lugar, lo que significaría a todas luces un acto de corrupción, de protección al crimen organizado.
De cualquiera de las dos formas el gobierno del estado, a través de la Contraloría o la Fiscalía Anticorrupción debe de realizar una investigación a fondo porque por omisión o corrupción, un ciudadano se encuentra privado de su libertad desde hace más de tres meses, un ciudadano que es cabeza de familia y que al estar preso su esposa e hijos están en el abandono.
Aquí es donde deberían de aparecer las comisiones de derechos humanos, que dejen las comidas, presentaciones, bailes, tables dance y que se acerquen al caso que está ocurriendo en Tepeaca, que deja muy mal a quienes procuran y administran justicia.
Alguien tiene que destapar la cloaca.
Nos vemos cuando nos veamos.

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