Con un larguísimo colmillo, la secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles, vino a la Puebla para hacer rabiar al gobernador poblano.
A diferencia de los eventos del sexenio pasado, donde Rafael Moreno Valle en su calidad de anfitrión se convertía en la figura central de todos los eventos federales, esta vez la titular de Sedesol acaparó los reflectores para repetirle en su cara que van a “Mover a Puebla”, nombre con el que fue registrada la alianza de partidos PRI-Verde para los próximos comicios locales.
Evidentemente, la señora Robles justificará cualquier demanda electoral argumentando que está utilizando el eslogan del gobierno federal —Mover a México— ubicándolo en Puebla.
Por más corajes que haga, la realidad es que al Señor de los Cerros le están dando una sopa de su propio chocolate, toda vez que él en su momento utilizó el nombre de la alianza Compromiso por Puebla para bautizar al partido político que hoy lleva su nombre.
Y no sólo eso, sino que en plena campaña de 2010 Moreno Valle modificó sutilmente el logotipo de Oportunidades para también utilizarlo como imagen de su campaña.
Sin duda, el hoy gobernador desconoció el dicho que reza: “juego que tiene desquite, ni quien se pique”. Y hoy, a los priistas les llegaron los tiempos de la revancha.
Hay que decir que, aunque Rosario Robles haya jurado ayer en Casa Puebla que no van a utilizar la Cruzada contra el Hambre con fines electorales, el mensaje para el gobernador Moreno Valle fue claro y contundente: los priistas van a “Mover a Puebla”.
Y conste que no utilizaron personeros ni mensajes sicilianos, se lo dijeron clarito, en su cara y en su Casa.

El adiós a Manzanilla
Sin lugar a dudas, la figura morenovallista de la que más veces se cantó su salida del gabinete es la del titular de la Secretaría General de Gobierno, Fernando Manzanilla Prieto.
Cientos de historias que anticipaban su renuncia fueron escritas desde hace medio año, sin que hasta ahora se hubiera cumplido ninguna de esas premoniciones.
Fue hasta la noche de ayer cuando Manzanilla empacó sus cosas —incluidas las valiosas obras de arte que formaban parte de su patrimonio personal— para arrancar su propio proyecto político.
A su paso por la SGG, Manzanilla se convirtió en una línea de comunicación con los tachados como enemigos del gobernador, ante la reticencia de su jefe, cuñado y amigo.
Manzanilla fue un interlocutor permanente con los grupos políticos víctimas de las fobias del mandamás poblano y tendió puentes para mantener —con alfileres— la gobernabilidad en el estado, pese a la beligerancia del todopoderoso.
A partir de hoy, Luis Maldonado arriba a la SGG con la misión de resolver la primera gran crisis morenovallista provocada en primera instancia por la detención de Elba Esther Gordillo.
Luis Maldonado es un conciliador nato y un operador político probado, sin embargo, todas las cualidades de un personaje como él pueden sucumbir ante la intransigencia probada de su jefe.
Sin embargo, es bien sabido que el nuevo titular de la SGG es uno de los pocos que cuentan con el respeto del Señor de los Cerros; entre ellos no hay gritos ni ofensas, por el contrario, Maldonado es de los que le hablan al oído, lo cual puede ayudar a salvar la inminente crisis que se vive en Casa Puebla.
Por lo pronto, en Casa Aguayo soplan nuevos aires.