Estoy seguro que tanto usted, amable lector, como un servidor, tenemos una pregunta al municipio, de manera directa a la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito del Municipio (SSPTM), sobre el trabajo y los resultados de los 200 elementos del grupo Protección Federal que fueron contratados para resguardar la seguridad de habitantes y comercios de la ciudad de Puebla.
Usted debe saber que cada uno de estos 200 uniformados que, tipo “Robocop”, se pasean por la ciudad de Puebla, representan para el municipio —con dinero de los poblanos— cerca de mil pesos diarios, sino es que más porque ninguno de éstos paga su hospedaje, sus comidas y sus gastos personales como limpieza y otros, como lo hacen los policías poblanos comisionados en bases alejadas de sus domicilios, donde todos sus gastos los pagan de su salario.
La pregunta es: ¿cuánta efectividad han tenido estos federales en su estancia en la ciudad de Puebla?
Pero la pregunta no sólo tiene que ir acompañada de efectividad en horas de caminata, de detenerse para jugar con el celular, del tiempo para el “refresquito”, no, sino de cuantos sospechosos por algún delito han sido detenidos por estos hombres que significan un costo extra del erario municipal; de los impuestos, para ser más claros.
Y es que hasta el momento la SSPTM no ha emitido un sólo informe donde se destaque la participación de estos uniformados, que sienten como que “sus gases no huelen” y tienen una actitud de que vienen a protegernos, pero en verdad: ¿cuántos delincuentes han detenido?
Que justifiquen el gasto, pues.

¿Narcopolicía?
Una carta llegada a esta columna estaría desnudando las reales actividades de un elemento de la Policía Municipal y de una red de complicidades que se mueven en la mafia del “narcomenudeo”, lo que podría explicar porque en la capital este tipo de negocio ilícito no es tan preocupante ni para el municipio ni para el estado, mucho menos para la Federación.
Le presentó una carta “textual” que es digna de que sea tomada en cuenta y se investigue a fondo.

El correo de los muertos
"HAY UN POLICIA DE NOMBRE EDGAR SANCHEZ, QUE ERA ELEMENTO DE TRANSITO MUNICIPAL DE ESTA CAPITAL, AHORA HACE TRABAJO DE POLICIA MUNICIPAL ENCARGADO A LA SUPERVISION DE JUNTAS AUXILIARES, ESE NO ES EL PROBLEMA, EL PROBLEMA ES QUE SE DEDICA A LA VENTA Y DISTRIBUCION DE DROGA, Y SE AMPARA CON SU UNIFORME, EL DICE QUE ESTA BIEN PARADO CON ALTOS FUNCIONARIOS DE LA SECRETARIA DE SEGURIDAD PUBLICA MUNICIPAL, Y QUE SU AMIGUITA TRABAJA CON EL JEFE DE SECTOR 2 DE LA POLICIA MUNICIPAL DE PUEBLA, Y QUE A EL NO LE HACEN NADA; DISTRIBUYE EN CIUDAD UNIVERSITARIA, Y EN ALGUNOS BARES, DEL BOULEVARD VALSEQUILLO, Y LA COLONIA ZARAGOZA Y LOMAS DE SAN MIGUEL SI NO ANDA EN LA PATRULLA TIENE UN ESTRATUS SIN PLACAS CON VIDRIOS POLARIZADOS, O UN VOCHO AMARILLO, SU HERMANO PERTENECE A LA POLICIA MUNICIPAL DEL SECTOR 5, CENTRO HISTORICO, Y TIENEN CONTACTOS Y CON EL QUE FUE JEFE DE SECTOR, JUAN MAXIMO JIMENEZ, QUE SU HIJO SE DEDICABA TAMBIEN A LO MISMO Y AL ROBO DE AUTOPARTES, OJALA NOS PUDIERA AYUDAR YA QUE CUANDO LLEGA ESTE SERVIDOR PUBLICO, LLEGA AVENTANDO BALAZOS Y MAS CUANDO LLEGA TOMADO, YA QUE USTED LE ESTA DANDO SEGUIMIENTO AL NARCOMENUDEO
”OJALA LAS AUTORIDADES PUDIERAN INVESTIGAR A ESTE INDIVIDUO, YA SEA LA POLICIA ESTATAL, O LA POLICIA MINISTERIAL, O EL EJERCITO, AYUDENOS; EL GRITO AYER QUE SI QUEDABA CIERTO CANDIDATO SE VOLVERIA INTOCABLE, YA QUE TENIA MUY BUENAS RELACIONES CON CIERTAS PERSONAS DE SU EQUIPO Y AL VER COMO QUEDARON TENEMOS MIEDO DE QUE ESTO LO CUMPLA. VIVIMOS ATERRORIZADOS POR ESTE INDIVIDUO. POR OBVIAS RAZONES NO LE PUEDO DAR MI NOMBRE YA QUE TEMEMOS POR NUESTRA SEGURIDAD Y LA DE NUESTROS HIJOS, LO UNICO QUE PUEDO DECIRLE ES QUE SOMOS VECINOS DE LA COLONIA ZARAGOZA ATRAS DE LA IGLESIA DE LAS PALOMITAS, INVESTIGUE Y SABRA DE LO QUE LE DIGO ES VERDAD, QUEDAMOS A SUS ORDENES Y ESPERAMOS CONTAR CON SU AYUDA, GRACIAS.”
Hasta aquí la carta.
Ojalá que la carta sirva para que se investigue; esto, bajo lo dicho por las mismas autoridades policíacas de que se deben investigar todas las denuncias anónimas, sobre todo cuando los implicados se encuentran dentro de los mismos cuerpos policíacos.
Nos vemos cuando nos veamos.