Siempre he respetado a Ana Teresa Aranda por su valentía y sus fuertes convicciones.
En este sexenio la he visto pelear en contra del mandatario, coincidiendo con ella plenamente en los excesos de su gobierno y los daños causados a los poblanos.
Sin embargo, a las cosas hay que llamarlas por su nombre y hay que decir que la versión de Ana Teresa Aranda sobre su declinación a la candidatura del Partido Verde en alianza con el PRI, no obedece más que a su exigencia de un espacio alterno por la vía plurinominal.
El cuento de sus convicciones panistas es eso, solo un cuento.
La señora pidió una plurinominal que no se la dieron, y a eso obedece su desistimiento.
Si de verdad fuera un asunto de convicción ideológica, jamás hubiera entrado a las oficinas de la Secretaría de Gobernación de Miguel Ángel Osorio Chong y mucho menos a la de César Camacho en el CEN del PRI.
Le guste o no, la señora accedió al juego y la única verdad es que hoy no es candidata a diputada, porque no le dieron su plurinominal.
Ni más, ni menos.

 

Los berridos de Gómez Oliver


Resultan irrisorios los señalamientos del diputado panista Sergio Gómez Oliver, dueño del polémico zoológico llamado “El Club de los Animalitos”, quien en su afán de curarse en salud culpa a otros de su dejadez.
Veamos.
El pasado lunes, la Profepa realizó un operativo donde aseguró 101 animales; al confirmar el maltrato y hacinamiento. Este hecho desató la furia del connotado panista, quien acusó a la diputada Geraldine González y a la delegada Alma Lucía Arzaluz Alonso de promover una “guerra política”.
Así como lo lee. 
Sin embargo, la realidad es otra, a finales de octubre de 2013, el periodista Francisco Sánchez Nolasco documentó en las páginas de Intolerancia el pésimo estado del zoológico de Gómez Oliver. Las fotografías y el reportaje del 28 de octubre ahí están.
Un dato interesante resalta en este caso, la Asociación de Zoológicos y Criaderos de animales de México no tiene registrado entre sus miembros al “Club de los Animalitos”, el cual es un espacio que no supera los 80 metros de largo por 60 metros de fondo y se ubica en una zona residencial, muy céntrica y accesible. 
Además del maltrato y hacinamiento, el zoológico es un auténtico foco de infección, como lo denuncian los vecinos de la zona, quienes están hartos del olor a excremento, el cual se arroja a un contendedor ubicado a las afueras del zoológico.
Sin embargo, para nuestro personaje estos no son argumentos sólidos para cerrar su polémico “club”. Y se empecina en culpar a terceros, y señalar que se trata de un golpeteo con tintes políticos. Pero la realidad es otra, donde el único responsable es el diputado panista, Sergio Gómez Oliver.