Usted recuerda el antiguo argot de quienes escribían sobre notas de policía. 
Se decía "sabuesos" a los policías que investigaban y perseguían un crimen hasta aclararlo.
Se decía que tenían una especie de "olfato" para "oler" el peligro.
Usted también debe de recordar cuando la Dirección de Protección Civil del Estado, la que está al frente de Jesús Morales Rodríguez, se le ocurrió "lavarse las manos" sobre las momias halladas en el Pico de Orizaba y dejo el "enredoso” rescate a la Federación, resulta que "el olfato" le aconsejo que se retirara.
Existen policías de "mucho colmillo" que cuando sienten el peligro les da diarrea ‎y esto les sirve como "advertencia" al grado que entre ellos se dicen "esto apesta".
Pues bien, le comento el segundo caso de esta Dirección de Protección Civil del Estado, la de Morales Rodríguez, conoció del caso del joven empleado tragado por una cisterna que no tenía coladera.
En este caso, Jesús Morales decidió ponerle inteligencia al asunto.
Se pasó justo en el área del accidente y echó a andar el "Comando de Incidentes", que agrupan todas las dependencias que participaron en un rescate que terminó siendo positivo.
A partir del centro donde ocurrió todo se establecieron tres posibles puntos de donde podría estar el cuerpo y sobre estos se trabajo.
El cuerpo fue hallado.
Fueron más de 36 horas de trabajo.
Al director de Protección Civil del estado no se le olvida lo que aprendió al frente de la Policía del Estado, la Rural, la Federal, la Metropolitana.
Así se muestra el "colmillo".

Disparos en la Procuraduría General de Justicia


No pasaban de las 20 horas del jueves cuando en el segundo piso del edificio de la Procuraduría General de Justicia (PGJ), en la 31 Oriente y en bulevar 5 de Mayo, se escuchó la detonación de un arma de fuego de asalto.
Se trato del disparo de un rifle R15  ‎cuyo proyectil salió del mismo auditorio, donde 80 aspirantes a ingresar a la ministerial estaban tomando clases, supuestamente de manejo de armas de fuego.
Quienes escucharon el disparo primero pensaron que se trataba de algún atentado al edificio de una dependencia que se encuentra en "entredicho", y no faltó quienes quisieran tirarse al piso, ante el terror de que otra y otra detonación surgiera.
Pero no fue así, resulta que al comandante Medellín, el segundo abordó de la PME, se le fue un tiro cuando estaba maniobrando un arma R15 que le entregó un elemento de la Policía Ministerial, de los Acreditables, que a punto estuvo de provocar una tragedia, sino es que en la dirección de la bala perdida se fue "como mantequilla" sobre uno de los cristales que dan al bulevar 5 de Mayo.
Se me olvidaba comentarle que el maestro de esa clase, la de manejo de armas, la estaba dando el mismo Medellín.
¿Se imagina que hubiera pasado si ese proyectil alcanza a alguna persona o a los aspirantes de la Ministerial que estaban en pleno curso en el auditorio?
¿Quién habrá tenido la culpa?
¿El agente ministerial acreditable que entregó el arma sin ponerle el seguro?
¿El comandante Medellín, que no checó debidamente el rifle de asalto y se fue un tiro?
Por cierto, en lugar de que se abriera una investigación fue "limpiada" el área donde ocurrieron los hechos.
‎Nos vemos cuando nos veamos.