‎Usted debe recordar el trágico accidente ocurrido la noche del pasado 11 de marzo, en el kilómetro 25 de la autopista del Siglo XXI, que dejó como saldo la muerte de cuatro personas, tres originarios de la Resurrección y otro más del estado de Morelos.
El accidente ocurrió de manera precisa a la altura de la comunidad de San Miguel Aguacomulican, en el municipio de Atzizihuacan, entre una camioneta Volkswagen tipo Amarok negra, placas 329-ZAU, que iba con dirección a Atlixco, y un Nissan tipo Platina, placas XVN-49-17.
El saldo y la forma de cómo ocurrieron los hechos son ya del conocimiento público, pero sólo falta un detalle, que es motivo de esta entrega.
A las víctimas de la Resurrección les robaron 382 mil pesos que correspondían a una operación comercial que tiene que ver con la venta de un terreno.

Le gritaron "ladrona"a la MP de Atlixco


Lo que el lector desconoce, porque la Procuraduría General de Justicia (PGJ) "lava la ropa sucia en casa" o la enmugra más, es que los familiares de dos de los occisos originarios de la Resurrección le demandaron a la agente del Ministerio Público del inmediato el regreso de los 382 mil que llevaban los occisos al momento del accidente.
La agente del Ministerio Público fue señalada como una "ladrona", le dijeron que iba a ser acusada con sus superiores y el escándalo vino en aumento.

El flojo y el mesquino…


Pero resulta que la agente del Ministerio Público que estaba de turno el día del accidente no fue a las investigaciones del mismo, llegó otro.
Se trata de Ivan Maldonado Xicotencatl, quien fue despedido por la PGJ por haber reprobado el examen de confianza ‎y aún así fue habilitado para que conociera del accidente y no sólo se enteró de los fallecidos, sino que estaría relacionado con el robo del efectivo.
Además, le comento que otro que pudo haber tenido acceso es el médico legista Eduardo Vázquez Rojas, quien tras el escándalo ya no se presentó a trabajar, y hay quienes dicen que hasta tiene pendiente una orden de aprehensión, al parecer por el mismo robo del dinero, aunque otros dicen que ya se amparó.
Así las cosas. Personal del Ministerio Público de Atlixco se vio envuelto en un escándalo y aún falta que le comente otras "mugres" que se ocultan tras un escritorio.

El arte de las genuflexiones en la PGJ


Y le sigo comentando, la PGJ "lava su ropa sucia en privado", aunque no falta quien revela los escándalos tras los muros del moderno edificio de la 31 Oriente y el bulevar 5 de Mayo.
Se trata de otro escándalo más. 
Su clave es "Oro", aunque no le voy a decir que se trata del comandante Marco Antonio Méndez, porque en esta ocasión fue una "víctima".
‎Resulta que el comandante Oro fue habilitado para ocupar el cargo del comandante Solís, quien por un desprendimiento de retina tuvo que ser incapacitado y dejar de compartir el poder con el director de la Policía Ministerial del Estado.
Y de "oro" paso a ser "platino" por unos días.
Al enterarse el comandante Solís que ya tenía relevo, aun con la retina desprendida, se presentó con el procurador de Justicia, Víctor Antonio Carrancá, se "saltó" a Luis Galán para pedirle, implorarle, que lo regresarán a su puesto, "que ya estaba bien".
Y casi a empujones saco al "Comandante Oro" de sus oficinas y de inmediato le bajó lo "platino".
Quienes comentan lo ocurrido opinan que lo que le pasa al comandante Solís es que está próximo a jubilarse y necesita "lanita" para terminar de construir su salón social que se ubica en la colonia Real de Guadalupe, en Tlaltepango, donde también tiene un negocio de lavado de autos y puede poner otros más, porque es dueño de casi un cuarto de manzana.
Y la lana, dicen, viene de las "cuotas" de los comandante que tiene "a modo" y de otros negocios que no tardan en salirle a luz pública.
Es su "año de Hidalgo".
Nos vemos cuando nos veamos.