Sí a usted se le ocurre acudir al nuevo edificio de la Procuraduría General de Justicia, tenga cuidado con lo que habla, a dónde mira e incluso lo que comió.
‎Desde la entrada principal del moderno edificio de la 31 Poniente y bulevar 5 de Mayo existen no sólo cámaras de vídeo, también existen equipos especiales para grabar, a corta y larga distancia.
Todo lo que usted diga es escuchado, todo está monitoreado.
Los mismos elementos de la Policía Ministerial del Estado, además de empleados de la Procuraduría, tienen miedo de lo que puedan decir, temen que hasta sus pensamientos sean monitoreados.
La PGJ vive una de las administraciones más crueles de todos sus tiempos.
Por cualquier motivo cesan a los empleados o los consignan, los mantienen amenazados para que nadie diga nada.
No hay nada que los salve si llegan a quedar en la mira de sus jefes.
De los que se "cocinan" muchas historias.

En el "hoyo negro", los ajustes de cuentas


Un breve caso, tiene escasas semanas, un hombre acudió al mercado Unión, conocido como "El Hoyo Negro", tras recorrer varios locales le interesó una bicicleta que le dijeron tenía un costo de 800 pesos y les dijo que sí la iba a comprar.
Uno de los comerciantes le pidió que le adelantara el dinero para "ir por la factura", y le dijo que esperará sólo unos momentos y se retiró del lugar.
Este comerciante nunca regresó ni con el dinero ni con la bicicleta, el afectado protestó con los otros vendedores y estos le dijeron que "no sabían nada y que mejor se retirara".
El afectado salió del mercado y se encontró con una patrulla de la Policía Municipal Preventiva, les dijo lo que le había pasado y estos le "recomendaron" que se fuera, que los comerciantes podrían causarle daño y que agradecerá que sólo le habían robado 800 pesos.

El segundo caso


Un grupo de sujetos llego la tarde del jueves ‎21 de mayo, se acercaron con una mujer que al parecer se llama Marisol Vélez Chávez, le dicen "la Gorda", le dijeron que querían comprar objetos robados y le mostraron una maleta llena de billetes de diversas denominaciones.
La mujer de 33 años de edad aceptó un fajo de esos billetes, cerca de 30 mil pesos, y les dijo que esperan un momento, que les iba a mostrar un "catálogo" para ver qué podrían obtener con ese fajo.
La mujer ya no regresó.
Los desconocidos preguntaron por ella, dijeron que le habían dado dinero y entonces "les recomendaron" que mejor se fueran, que podría pasarles algo malo.
Lo mismo pasó con la patrulla de la PMP estaba cerca del mercado, no los quisieron atender.
Los desconocidos se fueron y regresaron horas después, a la mujer la ubicaron caminando por la 15 Norte y la 66 Poniente.
Uno de los desconocidos se bajó armado con un rifle de asalto R-15, sin más le apunto a la mujer, a la que tenia de espaldas, y le disparó a la altura de los glúteos y una vez que cayó herida se retiraron.
Dos cascajos del calibre .223 quedaron en el piso.
La mujer fue trasladada por la unidad 034 de SUMA al hospital del UPAEP.
De este caso la PGJ realiza las investigaciones correspondientes.
‎Quienes enviaron la información de lo ocurrido pidieron el anonimato por dos razones.
El primero porque están denunciado un nuevo tipo de robo que ocurre en Puebla.
El segundo porque intentan culpar a la 28 de Octubre por esta agresión.
La realidad es otra.
Nos vemos cuando nos veamos.