Algunos dirán o comentarán que se fueron como agua, o han pasado tan rápido estos cinco años de gobierno del presidente Felipe Calderón Hinojosa, casi el último de su administración, porque el que viene sólo será de mero trámite.
Tal vez fue un sexenio más que se nos va de las manos, una administración fallida o simplemente el PAN y Calderón Hinojosa no pudieron gobernar y tampoco fueron capaces de conducir al país a un mejor puerto, es la opinión pública quien juzgará su trabajo en el poder.
Este 1 de septiembre Acción Nacional cumple cinco años como gobierno, llevan casi dos sexenios al frente de todos los ciudadanos, la alternancia política en el año 2000 les posibilito llegar a la presidencia de la república; en el 2006 aún les alcanzó y después de unas elecciones complejas y conflictivas nuevamente ganaron.
Por más que quisiéramos ser optimistas y decir que la nación vive sus mejores tiempos sociales, políticos y económicos, es de verdad imposible.
Hasta donde se puede mirar la realidad y ser lo más objetivo, abonaríamos que México no vive circunstancias graves como sucede en otros países del mundo, tampoco estamos al borde del colapso económico como sucede en Grecia, España o Italia; sin embargo, en estos once años de un régimen diferente al del PRI, las cosas poco cambiaron y el país no vive tiempos de bonanza, que bien lo pudimos hacer.
¿Qué nos informará el presidente Felipe Calderón? Me atrevo a decir que muy poco, salvo lo mismo que siempre hicieron los priistas, un formato lleno de cifras, datos inflados, obras por todo el país y el presunto éxito de los programas sociales que lleva a cabo el gobierno federal para combatir la pobreza.
Por más que le doy vueltas al asunto, para encontrar algunos hechos importantes y trascendentes de la actual administración, es imposible rescatar algo fundamental. Tengo la impresión que la estrategia para combatir al crimen organizado y a los cárteles de la droga se comieron estos cinco años.
Todo su esfuerzo, estrategia, tiempo, recursos económicos y “fe” del presidente estuvieron concentrados en acabar con la inseguridad en México. Cuando su partido y la élite gobernante se dieron cuenta, quedaron atrapados en una guerra que lleva más de 50 mil muertos y que no saben cuándo terminará.
Vuelvo a pensar e imagino que por los hechos criminales sucedidos en Monterrey en donde perdieron la vida más de 50 personas, Calderón Hinojosa, en la ceremonia que llevará a cabo en el museo de Antropología e Historia de la ciudad de México, enarbolará su lucha en contra de la delincuencia y llamará a la unidad de todos lo mexicanos.
Algo no muy válido y honesto para estos momentos, más aún cuando la violencia por momentos arrecia con más fuerza por diferentes estados.
Y como la “jodida” coyuntura social y política nuevamente nos vuelve presa de ella, los grandes y graves problemas de la economía mundial que pesan sobre nosotros pasarán a un segundo término. Total, la guerra oficial del actual régimen contra los malosos es más importante que enfrentar la crisis financiera de una posible recesión económica.
Disminuir la pobreza entre los mexicanos, generar más empleos para los jóvenes, impulsar el desarrollo del país, fomentar la educación en todos sus niveles, llevar la cultura para todos y lograr la transición democrática, entre otros temas, pueden esperar, hoy lo fundamental es demostrar la “unidad nacional de todos los mexicanos”.
Por eso se han desplegado con fuerza los mensajes mediáticos de la Presidencia de la República, pues es necesario para ellos lograr una sensibilidad generalizada a favor de su política de seguridad.
Ahora también vemos el cinismo de los dirigentes nacionales de los tres partidos políticos, sus coordinadores parlamentarios en el Senado de la República y la Cámara de Diputados, para conmoverse con la desgracia de las víctimas de Monterrey, quienes además acuden raudos y veloces al llamado de Televisa para cerrar filas y consensuar las reformas pendientes, como si no hubiera instituciones legales y formales para hacer estos acuerdos legislativos.
Todo esto trajo consigo la muerte injusta de los asistentes al casino Royale, sucedida en días pasados en Nuevo León y que ha permeado en el ánimo del ejecutivo federal a unos días de su penúltimo informe de gobierno.
Imaginamos qué nos dirá a los mexicanos: que no cederá y tampoco dará marcha atrás a su guerra en contra de la inseguridad.
Valdría preguntarnos ¿qué pensamos del actual gobierno?, ¿qué hizo por los mexicanos?, ¿cómo estamos en estos momentos? y si ¿mejoraron nuestras condiciones de vida?
Claro que el Estado mexicano debe ser quien garantice la seguridad a todos los ciudadanos, pero no bajo la estrategia que siguen llevando a cabo.
Fue otro sexenio perdido, lástima para el país y las generaciones venideras; quien sabe cuando aprenderemos o cuando saldremos adelante para reconstruir a la nación.
Todos hemos sido responsables de las condiciones en las que nos encontramos, los partidos no han sido capaces de hacer nada por la sociedad, solo luchan por el poder, hay demasiada polarización política, resentimiento social, la impunidad y la corrupción siguen siendo parte de nuestros usos y costumbres.