Hay claras muestras de que el halo protector que el Señor de los Cerros tenía con las instituciones federales simplemente se esfumó.
De la noche a la mañana la protección que gozaba Moreno Valle por parte de la Federación para hacer y deshacer en la entidad se perdió y ahora, se le fiscaliza y se exhiben sus anomalías.
No es casualidad que el Senado sea la institución que esté apretando tuercas al morenovallismo, sobretodo en temas que dañan al erario público y a los derechos humanos.
Incluso, Ismael Hernández, actual delegado del PRI viene con todo el respaldo de Emilio Gamboa, para vigilar y amarrarle las manos al señor de los cerros.
Ahora lo excesos del morenovallismo tendrá consecuencias y serán denunciadas en tiempo y forma.
Sólo así se entiende el hecho de que reavivaron el espinoso tema de los mototractores. Hasta antes de las desafortunadas declaraciones de la esposa de Moreno Valle, ese tema estaba prácticamente enterrado y a pesar de que se encontraron anomalías, la Federación estaba dispuesta a dejar pasar el asunto.
Sin embargo, en esta semana el Congreso de la Unión volvió a revivir y ordenó al Congreso Local auditar el programa que a todas luces está lleno de anomalías que tendrá que explicar.
Sin duda, el tema fuerte será el del Presupuesto 2013 del morenovallismo, que puede desembocar en juicios de procedencia.
Lo mismo pasará cuando la Suprema Corte de Justicia de Nación (SCJN) atraiga el caso Chalchihuapan.
Sin duda la muerte política del Señor de los Cerros sucederá cuando la Corte atraiga y reviva el caso Chalchihuapan, por haber hecho oídos sordos a las recomendaciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Este será un caso similar al de la investigación que hicieron magistrados federales en el caso Lidya Cacho, para después someterlo a votación en el pleno de la SCJN.
El que a hierro mata a hierro muere reza el refrán, pero es que Moreno Valle se burló tanto de Marín Torres, que si la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) decide dar por incumplidas las recomendaciones, el caso Chalchihuapan podría terminar en la Corte, por violaciones graves a los derechos humanos, igual que Marín con Lydia Cacho, con la diferencia de que en Chalchihuapan hubo un niño muerto.