Todo indica que la desmedida ambición política del Señor de los Cerros empieza a pasarle facturas, particularmente en el Comité Ejecutivo Nacional del PAN, en donde ya nadie le compra el cuento del gran estadista y prometedor candidato presidencial.
Al parecer, el gobernador poblano ha perdido el toque, y las jugadas de tres bandas que hilaba en racimo, han dejado de caer.
Para nadie al interior del PAN es un secreto que Moreno Valle se había echado a la bolsa a Ricardo Anaya, quien llegó a dudar en sus compromisos de lealtad hacia Gustavo Madero, seducido por los “encantos” de quien ofrece trozos de su reino, con tal de fortalecer sus sueños presidencialistas.
Sin embargo, quienes conocen el proceder de Moreno Valle saben que para él ofrecer, es tan sencillo como traicionar; por lo que en el CEN panista empiezan a descubrir la verdadera cara del poblano.
Así las cosas, acostumbrado a exigir, Moreno Valle ha condicionado su apoyo a Ricardo Anaya para darle su apoyo en su carrera por ser el sucesor de Madero en la dirigencia nacional del PAN.
Entre las posiciones que le exige a Anaya, se encuentra la del Registro de Militantes.
Es evidente que la estrategia morenovallista se centra en colocar a uno de sus operadores en esa posición para inflar el padrón nacional blanquiazul a través de votos corporativos, al igual que como lo hicieron en Puebla con los 22 mil militantes que aún se encuentran impugnados en los órganos electorales federales.
En este momento, las cuentas no le alcanzan a Moreno Valle para ganar la candidatura presidencial; la única forma es inflar el padrón y pera eso exige controlar el Registro de Militantes.
Evidentemente, Anaya ya está harto del chantaje del habitante de la Casona de Los Fuertes, quien no pide, sino exige.
A diferencia del estilo de Moreno Valle, mucho más apegado a las formas panistas, Gustavo Madero ha recorrido el territorio nacional tendiendo lazos y buscando apoyos incondicionales del verdadero militante blanquiazul.
En conclusión, la única posibilidad que tiene Moreno Valle de ser candidato por el PAN es inflando el padrón y para tal fin, exige y necesita el control del Registro de Militantes.
Y todo indica que Ricardo Anaya sabe las consecuencias. ¿Le entregará las llaves del partido a través de la anhelada posición morenovallista?
Veremos y diremos.