La muerte violenta de José Hugo Espinosa García, jubilado de Petróleos Mexicanos (Pemex), a manos de un seudoabogado y un sicario, hasta este momento los únicos detenidos por parte de la Procuraduría General de Justicia (PGJ), tiene más fondo, no sólo el hecho criminal, que fue el “levantón” y asesinato, o la acción de la justicia, que tiene que ver con el esclarecimiento de la felonía y la detención de dos sospechosos, el autor material y el intelectual.
‎Tiene más fondo, la misma PGJ parece ocultarlo, porque si bien fueron los que esclarecieron el delito, también fueron quienes lo provocaron y en este caso y muchos más los verdaderos responsables no han sido castigados, de hecho no ha existido una sola investigación.
Le comento para que me entienda. José Hugo Espinosa García, tras haber dedicado toda una vida a Petróleos Mexicanos, recibió una pensión onerosa para que pudiera descansar lo que sería la tercera etapa de su vida.
Pero tuvo la mala suerte de conocer a Luis Ramed Martínez Chanes, quien en su calidad de abogado y de amigo se ganó su confianza y le propuso que invirtiera sus ahorros en la compra de terrenos y le propuso varios, con todo y papeles, despojándolo de más de un millón de pesos.
Cuando José Hugo Espinosa se dio cuenta del engaño, de que las escrituras de esos terrenos eran falsas, decidió presentar denuncia por fraude ante el agente del Ministerio Público de San Martin Texmelucan, y resulta que la información de esa acusación, que debería ser estrictamente confidencial, se fugó, y Luis Ramed fue enterado de que ya estaba denunciado.
Éste es el principal móvil de la muerte del jubilado de Pemex, que el abogado dejó de maquinar acuerdos legales para pagar una deuda y se fue por la de ordenar un crimen.
Cambió el oficio de abogado por el de mafioso, y ordenó una ejecución.
‎Quien se prestó a este "acuerdo con la muerte”, fue Javier Mota Hernandez, de 24 años de edad, apodado "El Oso", y de quien no se descarta que antes haya tenido otros "contratos" similares.
Para haber cometido este crimen hubo más implicados, pero de momento estos son los únicos detenidos, sujetos a proceso en el Juzgado Cuarto de Primera Instancia, donde están acusados por cohecho dentro del proceso ‎248/2015; por del delito de privación ilegal de la libertad y homicidio aún no se termina de "cocinar" en la PGJ.
Con estos datos que le he convidado se habrá usted dado cuenta de que el empleado de la PGJ adscrito al Ministerio Público de San Martin Texmelucan, que informó a Luis Ramed de la denuncia, es el principal culpable del asesinado de Espinosa García, y por lo mismo debería ser el primero en ser detenido.
En el ámbito criminal este tipo de empleados serian tomados como "soplones", y usted y un servidor sabemos qué les pasa cuando son descubiertos, pero en la PGJ parece no importarles.
Y este "informante" sigue en ese mismo lugar, en el Ministerio Público de San Martin Texmelucan.

Los riesgos de la corrupción en el TSJ

No me va a dejar mentir.
¿Cuántas veces ha ocurrido que un criminal logra burlar la acción de la justicia por los "errores" en la integración de su proceso?
¿Cuántos jueces han quedado en entredicho por haber liberado a hombres y mujeres acusados de delitos de "alto impacto"?
A esta columna llegaron algunos comentarios al respecto.
Primero, que la PGJ debería de investigar a fondo el quehacer legal de Luis Ramed Martínez Chabez, de 34 años de edad.
Que no sería extraño que en su contra pesen otros fraudes similares al que lo llevo a ordenar un asesinato, de hechos muchos piensan que podría tener otros muertitos en su pasado.
Pero además de todo esto, este abogado debe tener sus conectados, no sólo en la PGJ, donde se enteró de que había sido denunciado por fraude, sino en el mismo Poder Judicial, donde debe conocer a jueces, secretarios y mucho otro personal del Tribunal Superior de Justicia.
No vaya a ser que se "pierdan" algunas actuaciones o se les olvide algún expediente.
El violento crimen del jubilado de Pemex no debe quedar en dos "pingües" ‎boletines, debe tener un seguimiento más allá de un auto de formal prisión. 
Se debe llegar a una sanción enérgica y ejemplar.
La detención de todos los implicados, desde los que filtraron la información hasta los que ejecutaron a un hombre al que "levantaron" cuando iba a bordo de su vehículo ‎Passat 2015, de color azul marino, placas TZV-2775, y fueron a tirar hasta la barranca de la comunidad de Pupilosa, del municipio de Españita (Tlaxcala), donde lo ejecutaron a balazos. 
Seguiremos en el caso.
Nos vemos cuando nos veamos.