En un acto dictatorial más, el Señor de los Cerros ordenó a su principal operador en el Congreso del Estado Eukid Castañón que hiciera lo que fuera necesario para evitar que Juan Carlos Mondragón rindiera protesta como diputado.
Hay que recordar que Eukid Castañón será diputado federal por la vía plurinominal en el mes de septiembre y su suplente es Juan Carlos Mondragón, considerado actualmente un enemigo del morenovallismo.
En ese sentido, tal y como lo publica Intolerancia Diario en su nota principal de este lunes —de acuerdo al ley—, los suplentes deben ser llamados a protestar el cargo, cuando la solicitud de licencia del propietario es mayor a los 30 días.
Aprovechando el texto de la ley, la estrategia planteada por Castañón es presentar solicitudes de licencia cada 30 días para evitar que Mondragón asuma la diputación.
En la misma lógica, harán lo mismo con Mario Rincón, quien solicitará licencias de 30 días desde la Secretaría de Gobernación Municipal.
Es decir, que el Congreso va a operar con 2 diputados menos, sumando únicamente 39 en lugar de los 41 que conforman el pleno.
Y aunque jurídicamente será un tema debatible, por el momento, el morenovallismo utilizará esta argucia legal para detener a Mondragón, quien legalmente tiene todo el derecho a suplir a Eukid Castañón.
En un caso inédito, podríamos llegar al absurdo de que Eukid aprovechara algunos de los recesos del Congreso Federal en San Lázaro y venir a operar al Congreso del Estado como diputado local.
Este columnista consultó a un experto constitucionalista y me asegura que no es posible que Eukid logre dobletear las diputaciones.
Sin embargo, no sería la primera vez que este gobierno actúe al margen de la Carta Magna.
Habrá que ver las lecturas nacionales, que se darán entre la clase política y la prensa, en caso de que Moreno Valle se salga con la suya.
No cabe duda que en cada una de sus acciones, el Señor de los Cerros confirma que sus aspiraciones no son presidenciales, sino dictatoriales.

El pecado de Mondragón

Aún recuerdo que al término de una entrevista radiofónica que le hice a Juan Carlos Mondragón, tras la confirmación de la candidatura de RMV por el PAN, fuera del aire platicamos unos minutos.
El presidente estatal del PAN me presumía orgulloso a su candidato, muy seguro de que con él sacarían al PRI de casa Puebla y de que juntos —PAN y Moreno Valle— gobernarían y cambiarían Puebla.
Solo le dije, que en caso de ganar, Rafa —como él le decía— los iba a traicionar, que les quitaría el partido y que se iba a arrepentir.
Seguramente Juan Carlos recordará esa charla que sostuvimos en los pasillos de la Tropical Caliente.
Para su mala suerte, yo lo conocía mucho mejor que él y no era difícil saber lo que sucedería.
Su odio al PRI lo cegó y le impidió ver que con su adquisición, los panistas se llevaron lo peor del tricolor.
En el pecado llevó la penitencia.
Él sabe que se lo dije.