Si alguien ha recibido premios y canonjías dentro del panismo tradicional, ese es el actual magistrado del Tribunal Superior de Justicia, Roberto Grajales Espina.
De ser un mediocre abogado, sin ninguna experiencia litigiosa y sin ningún antecedente dentro de la carrera judicial, el famoso Bobby Grajales paso de ser un abogado del montón, a un magistrado del fuero común, con todos los beneficios que esto representa. ¿Y saben cuál es su gran mérito?
Pues haber traicionado los principios de su partido, para apoyar de manera incondicional a Moreno Valle.
De esta forma, un personaje que en su vida había elaborado una demanda y mucho menos la había defendido, se convirtió por obra y gracia del Señor de Los Cerros en un magistrado del TSJ.
Imagínense que para no exponerlo, lo tuvieron que nombrar dentro del consejo administrativo del Poder Judicial, para evitar exhibir sus nulos conocimientos jurídicos.
Avanzado el sexenio, ya lo pasaron a la segunda sala civil, en donde conforma "equipo" con los magistrados Bernardo Mendiolea y con Enrique Flores Toledano.
Es un secreto a voces que Bobby no se para en su sala ni por equivocación y que los retrasos son originados por su falta de interés por los asuntos en los que aparece como ponente.
Pero el tema más grave es que en un totaldesconocimiento de la ley, el magistrado morenovallista presentó un escrito para solicitar la destitución de Rafael Micalco de la dirigencia estatal del PAN.
Es evidente que nadie le informó al ignorante magistrado, que de acuerdo a la ley, está impedido a litigar en cualquier tipo de controversias jurídicas.
Este señor violó la ley de manera flagrante y debe ser remitido de manera inmediata de su cargo de magistrado local.
Ni más ni menos.