Si en este momento alguien hiciera un balance sobre la administración de Facundo Rosas Rosas, cuando estuvo al frente de la Secretaria de Seguridad Pública del Estado (SSP), no se podría precisar cuál de su “cerrado” equipo de colaboradores le hizo más daño a Puebla.
Figuran los que dirigieron y ejecutaron un desalo tan violento, en San Bernardino Chalchihualpan, que dejaron un saldo de un estudiante de 13 años muerto, además de nueve heridos graves, todos ellos por disparos de proyectiles de gas, además de la andanada de detenciones, allanamientos y amenazas que se dieron desde la Procuraduría General de Justicia (PGJ).
Luego figuran Marco Antonio Estrada, “el teniente”, además de Tomas Méndez Lozano, quienes en su calidad de director de la Policía Estatal Preventiva y el Grupo de Operaciones Especiales protegieron el millonario robo en ductos de Pemex, y ambos son los únicos detenidos de un escandaloso caso de corrupción en los mandos policiacos y en la misma SSP.
Figuran en esta “lista negra” Azucena Jázmin Márquez, quien desde la direcciones de Centros de Reinserción protegió y se beneficio del negocio de la prostitución dentro del Cereso de San Miguel, donde sus colaboradores más cercanos se aprovecharon de la desgracia de varias mujeres, presas por delitos diversos, para obligarlas a rentar su cuerpo a internos de ese mismo centro penitenciario.
Servidores públicos bajo las órdenes o el cuidado de la licenciada Jazmín, que violaron a varias de las internas en ese penal, las obligaron a consumir drogas y las mantenían bajo amenazas.
Azucena Jazmín Márquez ya fue cesada del Cereso, como consecuencia de todos esos excesos que fueron tolerados por su patrón Facundo Rosas, que cada día se aleja de ser llamado a cuentas.
La Procuraduría General de Justicia (PGJ) debe tener en sus archivos al menos tres denuncias o éstas deben de estas acumuladas, por internas del Penal de San Miguel que acusaron a Márquez Rodríguez y a toda la plana mayor del Cereso de delitos de trata de personas con fines de explotación sexual, además de casos de violación.
El señor procurador debe de estar enterado que doña Azucena ya perdió sus “privilegios” como funcionaria de esta administración de gobierno, entonces no se extrañe el lector que esta mujer sea también llamada a cuentas, que responda por las denuncias que hay en su contra.
A fin de cuentas la exfuncionaria se benefició corrompiendo penales a su antojo, es justo que pague “lo que se comió”.

¿Y Facundo cuándo?
Este gobierno de Puebla no tiene memoria o no quiere tenerla.
Facundo Rosas Rosas simplemente fue cesado de su cargo de secretario de Seguridad Pública y sin más se fue, con todas sus maletas de dinero.
Don Facundo fue implicado en ser uno de los beneficiados con el robo a hidrocarburos.
El ahora exfuncionario desde un café cercano a su casa recibía “su parte” del dinero que cobraba su director de la Policía Estatal a las mafias que roban en los ductos de Pemex.
Algo así como cien mil pesos a la semana.
¿Usted cree que no recibió su “mochada” de los negocios sucios en los Centros de Reinserción, porque sólo se ha hablado de casos de prostitución, pero falta lo de las drogas que ingresan a los penales, del pago de los privilegios, de la venta de protección a los integrantes del crimen organizado que esta presos, de las tiendas,
Estará usted de acuerdo que si hay un responsable de todos los casos de corrupción que detonaron en la SSP es Facundo Rosas y como consecuencia debe ser llamado a cuentas.
El orquestó el desalojo en San Bernardino, el trajo a Estrada a la Policía Estatal, el trajo a Azucena y trajo a muchos otros que no tardan en ser desemascarados.
Facundo es “la mano que mece la cuna”.
Nos vemos cuando nos veamos.