Desde ayer, un sin fin de políticos —incluido el Señor de Los Cerros— presumirán de una manera u otra su cercana relación con el nuevo titular de la Sedesol, José Antonio Meade.
La razón no es otra, que con este nombramiento, Pepe Meade es una nueva carta de la baraja presidencial.
Dentro de los nombramientos que ayer dio a conocer el presidente Peña Nieto, el único que no se pudo filtrar a los medios fue precisamente el de José Antonio Meade.
Es evidente que si nadie sabía nada, es porque esta fue la jugada maestra de Peña, la cual no consultó ni compartió a nadie.
La sorpresa de los medios al ver llegar al canciller a la conferencia de prensa generó una expectación fuera de lo común.
Y no era para menos. Meade es un personaje de excepción, comparado con cualquiera de los políticos de la alta esfera nacional.
Después de haber pasado por la Secretaría de Energía y la Secretaría de Hacienda con Felipe Calderón —sin renunciar a su raíz priista— y por la Secretaría de Relaciones Exteriores, Meade ha logrado salir limpio tras cruzar un mar de estiércol.
Sin duda, el ahora titular de Sedesol es un personaje sin cola que le pisen, lo cual lo convierte en un perfil único, comparado con las desgastadas figuras de Miguel Ángel Osorio y Luis Videgaray.
En dos sexenios y después de haberse hecho cargo de tres importantes carteras, Meade no ha caído en un solo escándalo ni de corrupción, ni de ineficiencia. Por el contrario, es un político cuya honestidad no puede ser cuestionada, lo que lo convierte —insisto— en un político de excepción.
Sin duda, pese a ser el menos conocido de todos los suspirantes presidenciales, es el perfil más vendible electoralmente de todos los priistas, lo cual lo hace un serio contendiente para el 2018.
Apúntenlo.

Los otros dos suspirantes

Además de Osorio, Videgaray y Meade; el nombre de Aurelio Nuño como influyente y cercano asesor de Peña había sido barajado para ocupar alguna cartera que lo subiera a la puja por Los Pinos.
Sin embargo, fue la SEP la posición que su amigo y jefe decidió fuera para él.
Y aunque Peña insista que la Reforma Educativa es la más importante de todas, la realidad es que la de Educación no parece la Secretaría idónea para catapultar a Nuño a la candidatura.
Y otro es el caso del gobernador de Querétaro Pepe Calzada, quien pese a ser el mejor evaluado de todos los gobernadores del país, perdió su elección sucesoria. Tras los resultados adversos, en donde se acusa fuego amigo proveniente de Bucareli, el presidente Peña decidió resucitarlo, pero en una dependencia que difícilmente lo hará subirse a la carrera presidencial.
Así las cosas, en el gabinete hay un nuevo presidenciable que se suma a Osorio y Videgaray; a los que desde fuera de él se suman Beltrones y Eruviel Ávila.
La baraja de Peña es de cinco cartas.
Ni más, ni menos.