Aunque la declaración de uno de los dóciles corderitos, que desde el Congreso local aprueba sin chistar todas las iniciativas y reformas provenientes de Casa Puebla, pudiera no tener mayor relevancia; esta vez sí debe importarnos, por todo lo que esta implica.
Veamos.
La semana pasada, el “flamante” diputado local Sergio Moreno Valle declaró ante los medios que los panistas votaron en favor de la reforma a la ley electoral, que impide las candidaturas ciudadanas, argumentando que: “en Puebla no queremos Broncos”.
Y en su afán de justificar su voto, dijo que lo hizo para evitar que, como en el caso del Bronco, un priista resentido se convierta en gobernador.
¡Vaya, vaya!
Yo no sé si el diputado habla sin pensar, o si en su afán de quedar bien con su amo, dice las cosas sabiendo la dimensión de sus barbaridades.
Sólo dos precisiones para dimensionar los exabruptos del nuevo diputado.
Sergio Moreno Valle no tenía ninguna militancia partidista, ni la más mínima experiencia política, hasta antes de la llegada de su primo a Casa Puebla.
Es decir, que lo hicieron diputado por el dedazo de su primo, quien lo nombró suplente de Miguel Ángel Huepa, sabiendo que este sería diputado federal y que así su primo Sergio sería diputado.
Es decir, que el diputado que alcanzó una curul sin mayor mérito que ser un Moreno Valle, ahora se rasga las vestiduras y se opone a las candidaturas ciudadanas.
Vaya cinismo.
Y por si fuera poco, argumenta que su voto es para evitar que sea gobernador un priista resentido.
¿Priista resentido?
¿Y qué no su primo Rafael es precisamente un priista resentido?
Al Bronco no le dieron la candidatura del PRI y se fue como independiente; y a Rafael no le dieron la Senaduría tricolor y se pintó de azul.
Si se trata de hablar de priistas resentidos, hay que decirle a Sergio que su primo lleva mano.
Bien dicen, quien las hace no las consiente.
Así que bonito favor le hizo el primo al gobernador, con estos absurdos y ridículos argumentos.