Con la Reforma Electoral aprobada por el Congreso del Estado por órdenes directas del Señor de los Cerros, la bancada morenovallista logró garantizar la permanencia del secretario Ejecutivo del Instituto Estatal Electoral, Miguel David Jiménez, a través de la inserción del artículo transitorio décimo primero de la propia reforma, los diputados le otorgaron la permanencia al funcionario morenovallista del nuevo organismo público local (OPLE) del INE hasta el 2019.
De esta forma, el grupo en el poder buscó asegurar la presencia de su principal mapache electoral en el OPLE, quien —presumen— será un alfil determinante en los procesos electorales de 2016 y 2018.
El problema para la operación morenovallista es que para poder cerrar la pinza deben contar con la complicidad del Consejo General del OPLE, lo cual tiene desesperado no solo a Miguel David, sino al mismísimo Señor de los Cerros, quien no ha dudado para hacer las primeras llamadas a la oficina principal de Bucareli, para intentar meter la mano en el nombramiento de los 7 consejeros electorales que conformarán el máximo órgano del OPLE.
En los últimos días, a los sobrevivientes del proceso de selección de consejeros han sido notificados por el INE de las fechas para la entrevista definitiva que —en teoría— decidirá los nombres de los nuevos miembros del OPLE.
Las entrevistas serán la próxima semana y la cercanía de este último trámite ha provocado que Miguel David Jiménez ande como pepita en comal buscando a sus candidatos y exigiéndoles lealtad hacia las filas del morenovallismo.
La desesperación de Miguel David no es gratuita, su entreguismo hacia los intereses del morenovallismo ha sido burdo y descarado, lo cual lo convierte en un secretario técnico vulnerable y con poco margen de maniobra, por lo que necesita de un consejo general a modo, en donde requiere de cuando menos cuatro consejeros incondicionales, que le permitan operar a su antojo el OPLE, de la misma forma que como lo hizo con el Instituto Estatal Electoral, en donde contó con la complicidad de la mayoría de los consejeros, particularmente con la del tristemente célebre Armando Guerrero, quien apadrinado por Eukid Castañón, ocupó el cargo de presidente, pese a que presentó un título profesional falso.
Así las cosas, la misma ansiedad de Miguel David lo han hecho caer en constantes indiscreciones, al grado de que hoy, las cartas fuertes del morenovallismo para internarse en el OPLE como soldados incondicionales están más vistas que una película de Cantinflas.
En los últimos días, Juan Pablo Mirón Tomé, Juan Manuel Crisanto Campos,María Eugenia Osuna Franco, Flor de Té Rodríguez Salazar y Claudia Barbosa Rodríguez han sostenido encuentros con la cúpula morenovallista, en donde el motivo principal es el juramento de sangre de lealtad para los intereses del Señor de los Cerros.
Es del dominio público que a estos personajes les pagaron un curso desde Casa Puebla, para capacitarlos previo a los primeros exámenes.
Incluso, se habla que además de estos cinco, tienen cuando menos tres nombres adicionales, a los que han enviado a buscar a la cúpula tricolor para venderles su lealtad, pero que aseguran, están casados con el habitante de Casa Puebla.
Para nadie es un secreto que por ambos lados hay intereses y que los priistas también están haciendo su juego y que al final, el organismo ciudadano, será tan partidista como lo han sido todos los órganos electorales en este país.
El problema es que el descaro es tal, que se agachan y enseñan —si es que traen— los calzones.
Por lo pronto, usted ya sabe quiénes son los incondicionales que le han jurado su amor al habitante de la Casona de Los Fuertes.