Ahora que se aceleran los trabajos para inaugurar el absurdo teleférico de Puebla,  el gobernador anuncia que va a pintar las fachadas de las casas de la zona que recorrerán los vagones y justo el día en que fue colocado el cable guía que marcará su trayecto, vale la pena hacer una serie de preguntas, porque pareciera que Moreno Valle se burla de nuestra memoria y de nuestro sentido común.
De entrada, me parece un tema obligado el preguntar: ¿quién diablos va a responder por los destrozos causados en la Casa del Torno, la cual estaba proyectada para ser la terminal del teleférico en el proyecto original?
Porque quienes no lo recuerdan, esta casa fue destruida para albergar la terminal, pero que al haber iniciado obras sin el permiso del INAH estas fueron canceladas de manera definitiva.
En esa lógica, resultaría obvio que el gobierno rehabilitará el inmueble tal y como se encontraba; sin embargo, desde la clausura de la obra, el gobierno morenovallista se desentendió del inmueble, dejando en total abandono la llamada Casa del Torno, la cual hoy luce unas tablas mal puestas en su fachada y cientos de varillas que se asoman en la parte alta, que eran los cimientos que sostendrían la estructura de la terminal del teleférico.
Por si fuera poco, la administración morenovallista no ha explicado quién va a pagar el daño patrimonial causado por quien decidió construir en esa casona, pese a no contar con los permisos correspondientes, lo cual implica un millonario quebranto al erario.
Lamentablemente, la Contraloría del Estado es la tapadera del cochinero morenovallista, por lo que sobra decir que el daño patrimonial quedará impune.
Por otra parte, resulta ridículo que el gobernador anuncie que van a pintar las fachadas de las casas que recorrerá el teleférico, lo cual confirma que para el gobernador, la simulación es parte de su sello de gobierno, sin importarle que detrás de esas fachadas, la gente se esté muriendo de hambre.
Lo importante es apantallar con su moderno teleférico. 

 


El "Chiquihuite" del Señor de los Cerros

Y ya que hablamos de fachadas, la máxima obra del morenovallismo será la gran fachada del estadio Cuauhtémoc, que convertirá al inmueble mundialista en un gran "Chiquihuite".
En ese afán de querer tomarnos el pelo, Moreno Valle asegura que la fachada traslúcida del Cuauhtémoc, será comparable con la del estadio Allianz Arena del Bayern Munich, por la supuesta similitud de materiales de su fachada y por el colorido que adquirirá por su iluminación por las noches.
¡Háganme el maldito favor!

 

Basta con comparar un par de fotos entre ambos estadio para ver el tamaño de la vacilada.
Y por si algo nos faltara, hay que retomar las imágenes de los renders que anunciaban el futuro estadio Cuauhtémoc y ver el "Chiquihuite" en el que terminó convertido el dos veces mundialista.


¿En dónde quedaron los proyectos?

Ya solo falta ver los costos de esta mega fachada, para dimensionar el tamaño del negocio.
Al parecer, será el 14 de noviembre cuando los poblanos atestigüemos la consolidación de este gran fraude, cuando se inaugure el "Gran Chiquihuite".