Al rendir protesta como gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle dijo que llegó la hora de la acción. “Llegó la hora de la corresponsabilidad. Llegó la hora de vivir el orgullo de ser poblanos, a partir de logros concretos que nos acerquen al futuro que siempre hemos imaginado.”
Aquel martes 1 de febrero de 2011, los poblanos tenían la esperanza alcanzar el progreso del estado. Tal como lo anunció con bombos y platillos el gobierno entrante.
Cuatro años y ocho meses después, la realidad supera el discurso optimista del morenovallismo.
De acuerdo al reciente informe de la OCDE, Puebla se rezaga en indicadores de bienestar.
En la caída del ingreso, el desempeño del estado de Puebla en la dimensión de ingresos “se ha deteriorado, en los últimos años, de forma más rápida que el promedio nacional”.
Además, Puebla supera el promedio nacional en la dimensión de seguridad debido a una baja tasa de homicidios; no obstante, el estado queda rezagado en la mayoría de las otras dimensiones.
Por ejemplo, dos tercios de los habitantes de Puebla se encuentran en situación de pobreza (cifra por encima del 46% observado a nivel nacional).
Además, el 72% de las personas empleadas se encuentran laborando en el sector informal, 14 puntos porcentuales arriba del promedio nacional. La tasa de mortalidad infantil es la más alta del país, y únicamente un cuarto de los habitantes del estado perciben a los jueces como no corruptos”.
Y peor aún, quienes viven en el estado de Tlaxcala cuentan con una mejor calidad de vida que los poblanos, o al menos eso es lo que reveló el estudio “Midiendo el bienestar en los estados mexicanos” realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
El documento presentado muestra que de los 12 rubros evaluados, Tlaxcala ofrece mejores condiciones para sus habitantes en 7, uno más de la mitad. Por ejemplo, aunque Puebla se encuentra tres lugares por arriba en cuanto a educación sobre Tlaxcala, sobresale que en el tema de seguridad el estado vecino está situado ocho posiciones sobre la Angelópolis. 
Otro caso fueron los renglones de salud y vivienda. En ambos casos Tlaxcala supera en 13 posiciones a Puebla, siendo éstos rubros los más críticos en la comparativa entre entidades vecinas.
Así, sin tantos aspavientos Tlaxcala en el mismo lapso morenovallista, mejoró en varios indicadores de bienestar. Mientras tanto, los poblanos seguiremos esperando a que el señor de cerros cumpla con su palabra. Desafortunadamente, si no pudo conseguir “logros concretos que nos acerquen al futuro que siempre hemos imaginado”, en 4 años 8 meses, menos lo hará en un año dos meses.