Todo hace pensar que la amarga experiencia, que dejó el niño muerto en Chalchihuapan, no le sirvió de nada al Señor de los Cerros, quien víctima de su soberbia, repite la fórmula fallida.
Aunque usted no lo crea, Moreno Valle volvió a implementar el esquema de la mentira, ordenando a sus fieles escuderos, implementar una nueva mentira, similar a la teoría del cohetón de Chalchihuapan.
En esa lógica, el gobernador dictó la orden de culpar a los alcaldes, argumentando que urge implementar el mando único para evitar estos acontecimientos.
Una entrevista con el principal especialista en el Mando Único, Adolfo Karam —con dos libros publicados en este tema— desnudó la ignorancia de Moreno Valle.
Entre otras cosas, el doctor en Derecho hizo trizas la defensa del gobernador, al concluir que la barbarie de Ajalpan no es un asunto de policías, sino de pérdida de gobernabilidad.
Pero vayamos más lejos, ya que en este penoso asunto, tanto el secretario General de Gobierno, Jorge Benito Cruz Bermúdez como el procurador Víctor Carrancá incurren en diversas contradicciones.
De entrada, la hora de la llamada del alcalde al secretario de gobierno fue a las 18.30 —según la declaración del presidente de Ajalpan— mientras que Jorge Benito dice que fue dos horas después.
Fue tanta la presión del gobierno que doblaron al presidente de Ajalpan a decir que se confundió y que no eran las seis y media, sino más tarde.
Por otra parte, dice el procurador Carrancá que estos hechos no pueden prevenirse, porque se generan de manera espontánea en las poblaciones.
En conclusión: uno mentiroso y el otro manipulador.
En el caso de Jorge Benito, nadie le puede creer que la llamada fue más tarde, cuando hay testigos que aseguran que al momento del linchamiento ya había policías estatales en la periferia del municipio de Ajalpan.
Y en cuanto a Carrancá, resulta absurdo que aduzca que estas sean acciones espontáneas de los pobladores y que son muy difíciles de vaticinar, cuando existen videos que demuestran que desde octubre de 2014,Ajalpan ya era un foco rojo.
Así las cosas, la terrible noche de Ajalpan ya provocó la muerte de dos jóvenes que indefensos, vieron como los pobladores de Ajalpan dispusieron de sus vidas, mientras la policía estatal esperaba del orden del gobernador, la cual, nunca llegó.
Contrario, a lo que sucedió en Chalchihuapan, donde la policía estatal recibió la orden del gobernador —como lo documento Intolerancia Diario— para reprimir violentamente a la población, con el saldo fatal por todos conocidos.
Pero ni así el morenovallismo aprendió la lección y continúa con sus mismas estrategias para distorsionar la realidad.