Anoche se hizo evidente la mano negra del Señor de los Cerros en el Instituto Nacional Electoral para lograr un consejo electoral a modo en Puebla para el 2016. En la sesión del INE debutó como morenovallista la consejera Adriana Favela, quien después de aceptar que hay inconformidad por el caso Puebla, pidió darles el beneficio de la duda a los futuros integrantes del OPLE, hasta que pase la elección.
Como verán, una auténtica desvergonzada resultó la nueva adquisición de RMV.
Por su parte, la posición del presidente Lorenzo Córdova fue prácticamente de sumisión, pues aunque los representantes de tres partidos políticos presentaron evidencias de los vínculos directos de empleado-patrón entre Juan Pablo Mirón Thomé y el gobernador Moreno Valle, únicamente dijo que se revisarían, pero dijo que él notaba equilibrio.
Así las cosas, los argumentos y las pruebas no sirvieron y todo apunta a que será ratificada la lista el próximo jueves en la sesión del consejo general.
La sesión de anoche confirmó que quien será presidente del Organismo Público Local Electoral seguirá siendo un chalán del morenovallismo, como ya lo hizo en su paso como funcionario del actual gobierno.
Para muestra, este botón:
El representante del PRI recordó que en la entrevista que le hicieron los consejeros a Mirón, aceptó que tras fracasar en su intento de llegar al Instituto Electoral del Estado fue a ver al entonces senador Rafael Moreno Valle, quien le confesó que él tenía un proyecto para la gubernatura y que era mejor que se fuera con él a la administración estatal, y que por el momento no le hacía falta en un órgano electoral.
Así como usted lo lee.
Total, que la sesión de ayer en el INE sirvió para evidenciar los intereses de los consejeros del máximo órgano electoral y en donde evidentemente ya se hizo sentir el peso de la cartera del Señor de los Cerros.

El cáncer de la ingobernabilidad ya es metástasis

Para entender el clima de ingobernabilidad que impera en Puebla basta con enunciar los tres elementos que lo han generado: el autoritarismo, la inseguridad y la pésima impartición de justicia.
Aunque los tres derivan de la endiosada figura del Señor de los Cerros, es el autoritarismo el que de manera directa aplica desde Casa Puebla, generando un ambiente de tensión y enfado en todo el territorio estatal.
La creciente inseguridad también irrita a una sociedad angustiada por la vulnerabilidad con la que viven y peor aún, cuando la PGJ y los jueces dejan libres a los delincuentes y meten a la cárcel a cientos de inocentes.
Lo sucedido en Ajalpan y Chalchihuapan, así como en otros municipios en donde se reportan linchamientos, están ligados a esos tres factores, que en conjunto convierten a Puebla en un estado en donde la ingobernabilidad crece día con día.
Un dato revelador es que apenas este domingo, a menos de una semana de la barbarie de Ajalpan, se presentó otro linchamiento en territorio poblano.
De nada sirvieron las detenciones masivas en Ajalpan, ni la medida implementada por Moreno Valle del mando único, ya que los pobladores de Coronango no se intimidaron y estuvieron cerca de hacer justicia por mano propia, al haber detenido a un ladrón.
Sin duda, los poblanos están hartos del autoritarismo del gobernador, de la nulidad de las dependencias encargadas de la seguridad y de la incapacidad de la PGJ y los jueces penales, que se preocupan más por cazar presos políticos, que en aprehender y sentenciar a los verdaderos delincuentes.
Y después de que en Puebla los linchamientos son cosa de todos los días, existen quienes niegan que el cáncer que padece este estado se llama ingobernabilidad.
Ni más, ni menos.