Primero como tragedia,

después como farsa.

SlavojŽižek

 

 

El llamado público, la propuesta, el desplegado o la idea de la Comisión de Diálogo con las Fuerzas Progresistas y de Izquierda del Consejo Nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), es sin duda alguna interesante e importante, pero hasta ahí. Porque la realidad política, los tiempos, la coyuntura y las decisiones internas, sobre todo del partido Morena nos indican otra cosa y será muy difícil que haya unidad de las llamadas izquierdas en Puebla, para el proceso electoral del 2016.

Ifigenia Martínez; Pablo Gómez; Leonel Godoy; Luis Sánchez o Elpidio Tovar, todos ellos de diferentes corrientes internas del PRD, plantean un escenario político-electoral que imaginan debiera ser el ideal para los votantes de izquierda poblanos.

Aunque llamen a los cuatro dirigentes nacionales: del PRD; Morena; Movimiento Ciudadano y PT , por lo menos aquí, sin saber que sucede en Oaxaca y Sinaloa, no se observa ningún ánimo partidario de estas fuerzas por hacer un frente común, tampoco se conocen intentos para hacerla y cada una de ellas anda en sus propios proyectos partidarios.

Para recrearnos “ideológicamente” un ratito esto es lo que dicen: “RESCATEMOS AL ESTADO DE PUEBLA”

“Puebla vive la tragedia de la ingobernabilidad y la irresponsabilidad de sus gobernantes; es el deterioro de la vida institucional. Los diversos y lamentables acontecimientos que día a día se viven ahí, son prueba indiscutible de que las y los poblanos están sumidos en una realidad en la que reina la ausencia tanto de derechos como de expectativas.

El gobernador Rafael Moreno Valle ha instituido como regla general de gobierno la sistemática transgresión de los derechos humanos, la cooptación de líderes sociales y políticos, el desbordamiento de la barbarie y la violencia, dando pie al crecimiento de las organizaciones delictivas y la corrupción.

(…) Hoy, existen las condiciones sociales y políticas para la formación de una amplia COALICIÓN ELECTORAL DE IZQUIERDA, en la que converjan partidos organizaciones sociales y ciudadanos para poner fin, al estado fallido generado por el gobierno estatal.

(…) Es la hora de la unidad de la izquierda poblana. Debemos recordar que en el 2012 la izquierda unida ganó la elección presidencial en Puebla y en el 2015 alcanzó el 21.2% de los votos.

Por ello es el momento de postular un solo candidato o candidata de izquierda al gobierno del Estado para ganar en el 2016.

(…) Por tal razón, esta Comisión de diálogo hace un llamado a las dirigencias de los principales movimientos sociales y partidos políticos progresistas de Puebla, a un diálogo público, propositivo y plural para construir una plataforma de unidad de izquierda para Puebla.

Escuchando el reclamo social por la paz, la tranquilidad y la gobernabilidad democrática del Estado de Puebla, demos el espacio para iniciar el dialogo fraterno, responsable y comprometido, para la construcción de una CANDIDATURA DE UNIDAD DE LA IZQUIERDA EN PUEBLA a la gubernatura del Estado”.

Diremos de manera inicial que los presuntamente partidos de izquierda en Puebla, están en crisis, se han desdibujado, están fracturados, han perdido y se han divorciado de las ideas políticas y de la sociedad misma.

No son opción, mucho menos alternativa y tampoco tienen vocación de poder, han dejado de ser de izquierda desde una perspectiva teórica y de praxis política.

 

El pragmatismo electoral del PRD

El pragmatismo electoral los ha conducido a otros caminos en donde lo principal es ocupar pequeños espacios públicos; colaborar con los regímenes y garantizar seguir existiendo como partidos.

Por ejemplo, el PRD, se ha negado a reflexionar después del 2012 sobre su quehacer y resultados como partido de izquierda, lo han atrapado y ha sido muy cuestionado por la firma del “Pacto por México”; se erosionó con la salida de Andrés Manuel López Obrador; se convulsionó por los hechos de Iguala, en donde desparecieron 43 normalistas; no han hecho una avaluación sobre sus gobiernos de coalición y tampoco tienen resuelto aún el relevo de su dirigencia nacional.

En Puebla, las cosas no parecen estar mejor y las decisiones centralistas apuntan nuevamente a una alianza con el PAN.

Morena, acaba de elegir a su dirigente estatal y por nada del mundo López Obrador, avalaría y aprobaría una alianza con el PRD, mucho menos en Puebla.

De este partido salió muy lastimado y confrontado con todas sus corrientes, más con los “chuchos”.

Lo que sucede en la Asamblea del Distrito Federal, lo enfrenta aún más. Él busca que su partido sea el referente principal de los votantes de la izquierda en el país, busca desplazar al PRD, hace campaña en todos los estados en donde habrá elecciones y trabaja para el 2018.

Hoy durante su gira por algunos municipios poblanos lo volverá a repetir: “con el PRD ni a la esquina”.

 

Movimiento Ciudadano, muy lejos del PRD poblano

 

Movimiento Ciudadano, anda en su propio proyecto, impulsar ciudadanos con perfiles ganadores y conocidos, como lo puso en práctica en las elecciones intermedias de Jalisco. José Juan Espinoza, edil de Cholula, tiene el apoyo de Dante Delgado y su proyecto es: Puebla Libre.

Ellos no harán ninguna alianza con el PRD, trabajan en una candidatura ciudadana, quieren crecer y jugar con una candidatura fuerte en el 2018, que los diferencie del gobierno actual y del PRD.

Los del PT, están divididos en Puebla, las formas rupestres y patrimonialistas de Mariano Hernández y Zeferino Martínez, solo han logrado convertirse en un partido- franquicia. Ellos están más preocupados por salvar su registro nacional que en formar alianzas, pocas veces lo han hecho en Puebla, por los intereses que tienen. En estos momentos no tienen ni candidato para el 2016. Su fuerza esta mermada y viven en crisis política por el peligro de quedarse sin registro.

Podrá no caer bien, pero en Puebla, no existen las condiciones políticas para una alianza de los partidos de izquierda, a nadie les interesa y tampoco tendrán posibilidad alguna de ganar. Más que candidato, lo que no tienen es un programa de gobierno diferente al priismo y al panismo. Nunca lo ha habido.

De igual forma ni el PRD, PT y Movimiento Ciudadano hasta antes del 2010 han podido ganar distrito uninominal alguno, han logrado obtener ayuntamientos regulares y solo bajo circunstancias especiales ganan cabeceras de distrito.

No son fuerzas partidarias que influyan y que sean contra peso del poder establecido, tampoco generan propuestas, reformas y alternativas que les sean necesarias a la sociedad.

En estos momentos y con la irrupción de Morena, en los pasados comicios del 2015, esta fuerza partidaria por primera vez logro tener tres diputaciones federales con candidatos poblanos. PRD, PT y MC no tienen ningún diputado en el Congreso de la Unión.

 

Números de la izquierda

 

En las elecciones locales del 2004, para gobernador, el PRD lanzó a Alejandro Villar Borja quien compitió con Mario Marín Torres, los resultados fueron: 100 mil 151 votos para el PRD; 271 mil 799 PT y 40 mil 487 para Convergencia. El PRI, 886 mil 535 VOTOS y PAN logro 642 mil 519.

Para 2007, en elecciones intermedias y antes de cualquier alianza del PRD con el PAN, así quedaron: PRD y Convergencia, 200 mil 430 votos; PT 69 mil 889. PRI, 764 mil 005 votos y PAN 540 mil 628.

En el 2010  con alianza PRD y PAN para elegir gobernador y con la llamada primera alternancia el poder, Compromisos por Puebla logro un millón 111 mil 318 votos; PT solo 123 mil 634. PRI–PVEM, 883 mil 285 votos.

En 1992, el candidato del PRD a la gubernatura fue Antonio Tenorio Adame, obtuvo54 mil 177 votos, frente a los 630 mil de Manuel Bartlett Díaz.

En 1998, Melquiades Morales Flores logró 760 mil votos; el PRD, Ricardo Villa Escalera152 mil 944.
Sumando los votos del PAN y los del  PRD en las tres elecciones se daría el siguiente fenómeno:
En 1992: 212 mil 046.1998: 559 mil 748. 2004: 742 mil 676.

El PRD ha tenido su voto duro y ubicado en algunos distritos de la sierra norte y la mixteca poblana, sin embargo se ha venido diluyendo por la presencia de Morena.
 

2006, la izquierda alcanzó segundo lugar

 

En el proceso federal del 2006, cuando Andrés Manuel López Obrador fue candidato presidencial,  del PRD con Convergencia y PT, obtuvo en Puebla: 610 mil 136 votos; PRI-PVEM, 428 mil 362 y PAN 714 mil 143, la izquierda quedó en segundo lugar.

2012 de nueva cuenta con AMLO, PRD-Convergencia-PT, lograron 853 mil 320 sufragios; PRI con Enrique Peña Nieto, 850 mil 521 votos y PAN con Josefina Vázquez Mota, 638 mil 428 votos. La izquierda ganó en Puebla.

En 2015, elecciones federales intermedias, PRD logró 84 mil 709 votos; PT 46 mil 998 y MC 52 mil 249 votos; Morena los desplazó y obtuvo 158 mil 695 votos.

PRI, 523 mil  863 votos y PAN 493 mil 840. Morena desplazó al PRD, MC y PT y pasó a convertirse en la tercera fuerza local.

A manera de conclusiones pequeñas: a la derecha electoral (PAN) le interesa la alianza con el PRD porque es un partido que le es útil en términos económicos y políticos; es decir, le resulta rentable en todos los sentidos.

Bueno lo mismo pasa con los demás partiditos, porque no son alianzas programáticas para cambiar, transformar o para democratizar de fondo un gobierno, que sirva a todos.

Por otra parte, mientras la llamada izquierda partidaria siga fraccionada, fracturada, dividida y sin un programa de mediano y largo aliento, seguirá siendo una fuerza marginal y sin ninguna posibilidad de unidad y de ganar un gobierno.

De igual forma, en estos momentos no se vislumbra ninguna alianza posible, muchos menos procesos de unidad y tampoco hay signos que indiquen algún proceso de diálogo. Es una lástima.

Ahora cada partido de este bloque denominado de izquierda, trabaja por cuenta propia y procesa sus propios caminos a seguir.

El PRD trágicamente empezará a convertirse en un partido que necesitará estar cerca del PAN para sobrevivir electoralmente, como le sucede al PVEM con el PRI.

Morena tarde o temprano se dará cuenta que solo no alcanzará nada y que a pesar de su caudillo histórico, no es tan fácil como ellos creen alcanzar el poder político. Siguen pensando que todo depende de AMLO.

En Puebla la guerra política y la competencia electoral seguirán siendo entre el PAN y el Revolucionario Institucional. ¿Independientemente de las filias y las fobias, algo hay que hacer?