El nuevo tropezón legislativo del Congreso del Estado no es un asunto menor que complica el proceso sucesorio del Señor de Los Cerros.
La necedad de los asesores personales del gobernador, encabezados por Luis Maldonado y Juan Pablo Piña, han hecho crecer la posibilidad de que en la contienda de 2016 aparezca un candidato independiente que podría dividir en tercios la votación, lo que rompe los cálculos electorales de Casa Puebla.
El carácter inconstitucional de la llamada #LeyAntiBronco era más que evidente y no se necesitaba ser un jurisconsulto para anticipar que la SCJN echaría para atrás los candados impuestos por los diputados morenovallistas.
El problema principal es que el único personaje visible para pelear por una candidatura independiente es una panista, lo que implica un grave riesgo para el proyecto de Moreno Valle.
Hasta este momento, el único candado que les queda y que buscarán aplicarle a Ana Teresa Aranda para impedir su registro, es el de la renuncia al panismo con un año de anticipación al día de la elección.
El argumento de la nueva dirigencia estatal es que Ana Teresa no renunció a tiempo; sin embargo, la doña asegura haber renunciado el 20 de abril de este año, lo cual la hace viable para la candidatura independiente.
Así las cosas, todo depende de esa carta de renuncia, para que Ana Teresa logre esa candidatura.
Y considerando que la renuncia partidista es un acto unilateral, que requiere de la voluntad de quién decide abandonar su militancia, bastará con que esté sellada y fechada de recibida para tener plena validez.
Si consideramos también que quien —se presume— recibió la carta, es Rafael Micalco, bastará con su testimonio para validar la renuncia.
Sin embargo, la participación de Ana Teresa en la campaña de Corral es el as bajo la manga para echar abajo su renuncia y lo cual implicaría un conflicto jurídico que podría marginarla de la independiente.
Es decir, que la aspiración anateresista está en el aire y en medio del jaloneo jurídico y mediático, la realidad es que el nombre de la señora crece y crece.
Sin duda, a la exdirectora del DIF nacional la revivió Rafael y si pese a todo, le cierran las puertas de la candidatura independiente, podría ser un atractivo para partidos como Morena o Movimiento Ciudadano.
Quizá este sea el punto medular y se llama Morena.
Por lo pronto, la soberbia del gobernador resucitó a Ana Tere y en el pecado podría llevar la penitencia.
Veremos y diremos.