Ayer, el Señor de los Cerros por fin se dignó a cumplir su promesa de campaña: entregar uniformes escolares.
En su agonizante sexenio, Moreno Valle busca congraciarse con la sociedad y reposicionar su imagen como el gran pastor que cuida a sus ovejas.
Sin embargo, sus acciones a todas luces son pura propaganda, para tratar de impactar en las redes sociales, porque la promesa la cumple en forma tardía y a destiempo. El gasto en uniformes y útiles escolares se realiza a principio de cada ciclo escolar y no a la mitad.
Sin embargo, ayer se programó un evento para ser publicitada en las plataformas y para ello, no se escatimaron recursos.
El evento fue citado a las cuatro de la tarde, pero para variar empezó tarde.  A la ceremonia oficial realizada en el Centro Escolar Morelos llevaron alumnos de otras cuatro escuelas,  para que hubiera más gente, contrataron autobuses, baños portátiles, camiones en las que se distribuía botellitas de agua.
Es decir, el Señor de los Cerros se gastó todavía más dinero para llevar a cabo su show. Claro todos esos recursos a cargo del erario público.
Si el morenovallismo tuviera la verdadera intención de entregar los uniformes sin tintes políticos, los pudo entregar directamente cada escuela, como se realiza la entrega de los libros de texto, y con ello evitar más gastos suntuosos para el show mediático y redes sociales.
Cada año, al inicio de cada ciclo escolar se reparte muchísimo más $$ en libros escolares y se manda directamente a cada escuela y sin tanta faramalla.
Tan fue un espectáculo mediática la entrega de los chalequitos morenovallistas, que en un principio les pidió a los alumnos y sus padres que se presentaron sin uniforme, pero al publicarse en este espacio la instrucción, la orden se cambió y los citaron con uniforme.
En fin, todo se vale para lucimiento personal del Señor de los Cerros.

Cholula, de fiesta

Ni la fabricación de delitos ni el sometimiento de jueces sin escrúpulos, el morenovallismo pudo mantener en la cárcel a los Xicale.
Ayer, la tan pisoteada justicia poblana no tuvo otra alternativa más que liberar a los presos políticos: Adán Xicale y su hijo Paul.
Un año, un mes y 23 días estuvieron encarcelados oponerse a las obras de construcción en la zona arqueológica de la Gran Pirámide de Cholula.
Finalmente, ayer después de tanto papeleo burocrático y tras pagar una fianza, a las 20:30 horas salieron del Centro de Reinserción Social de San pedro Cholula.
Un golpe mediático y político más en contra del Señor de los Cerros. Mal y de malas.