“No necesito amigos que cambien

cuando yo cambio y asientan cuando

yo asiento. Mi sombra lo hace

mucho mejor”.

Plutarco Elías Calles.

 

 

Un sexenio más que se apresura a terminar sin pena ni gloria para los mexicanos, esté régimen actual acaba de cumplir su tercer año de mandato constitucional y entro de inmediato a su cuarto año de gobierno, por lo que solo le queda uno más para poder concretizar (si es que quiere) sus llamadas reformas estructurales.

Porque los tiempos les ganaran y a medida que avance el penúltimo año, la carrera por la sucesión presidencial será a todo lo que da y las funciones públicas pasaran en automático a un tercer plano, así ha sucedido siempre en el país.

Se han cumplido tres años; 36 meses; 144 semanas; 1095 días y cientos de minutos y segundos del gobierno de Enrique Peña Nieto, que traduciéndolos en resultados importantes para los mexicanos creo que nos salen debiendo mucho.

Bueno en todo este tiempo nuestra economía poco ha crecido, los pobres no han disminuido, la riqueza ha crecido, el desarrollo sigue siendo regular, la delincuencia ha crecido y los resultados son también medios malos.

¿Quién podría decir que los votos en  los procesos electorales son un indicador para poder aspirar a tener mejores gobiernos y mejores funcionarios? Nadie. Los sufragios en México solo sirven para arribar y tomar el poder político y nada más. Las políticas públicas necesarias y urgentes siempre son aplazadas por la alta politización que se hace de ellas y también por los intereses políticos de las diferentes elites del poder que componen el gobierno. Cada secretaria y cada secretario de Estado convierten su responsabilidad institucional en un espacio político para futuras aspiraciones.

 

Enrique Peña Nieto se impone en las urnas

 

Ahora veamos cómo llegó y la fuerza de los votos de Peña Nieto en el 2012 y como han dilapidado dicho capital político: El PRI obtuvo para la elección presidencial,18 millones, 727 mil 398 votos; el PAN, con Josefina Vázquez Mota 12 millones, 473 mil 106; el PRD, PT, MC, con Andrés Manuel López Obrador logró 15 millones 535 mil 117 votos; Panal, con Gabriel Cuadri, un millón, 129 mil 108 votos.

Es decir hubo un total de votos de 49 millones, 087 mil 446 de una lista nominal de electores compuesta por77 millones, 738 mil, 494 ciudadanos en edad de votar. Voto el 63.14 por ciento de los electores en México.

Peña Nieto logró obtener un buen consenso electoral, rebasó el 50 por ciento de la votación  y obtuvo los sufragios necesarios para legitimar su unción como Presidente, a diferencia de las muy cuestionadas elecciones del 2006, con Felipe Calderón Hinojosa.

Uno se pregunta: ¿por qué Peña Nieto no ha logrado construir un gobierno exitoso y de buenos resultados, con la aprobación que tuvo de los ciudadanos? Ha tenido todo para lograrlo, no hubo grandes protestas post electorales; ningún acto que vulnerara su gobernabilidad ganada en las urnas; en el Senado de la República, siguen siendo mayoría relativa; en el Congreso de la Unión de igual forma no perdieron la mayoría y durante estos tres años han tenido el pleno ejercicio de grandes recursos públicos, aprobados por ellos mismos en los presupuestos de egresos que años con año avalan.

 

El desgaste apresurado

 

En la mitad del sexenio es muy raro encontrar una explicación política o teórica sobre el desgaste apresurado de un gobierno que logró tener una buena votación electoral; sin duda alguna, que esta debilidad afecta la fortaleza de las propias instituciones, porque el país se detiene y no logra avanzar sustancialmente sobre las grandes demandas nacionales que pide la sociedad.

Sino veamos una de las más recientes encuestan como la del periódicoReforma,que habla sobre la aprobación y calificación de los ciudadanos a los Presidentes a la mitad de sus mandatos: Ernesto Zedillo, en 1997 logró tener un 6.7 por ciento de aprobación; Vicente Fox, en diciembre del 2003, tuvo un 6.5 por ciento; Felipe Calderón, en diciembre del 2009, tuvo 6.3 por ciento y Enrique Peña Nieto para este mes de diciembre alcanzó una calificación del 4.9 por ciento de aprobación.

Algo paso o fue la incapacidad de un régimen político que no tuvo la capacidad para demostrar que pudieron haber gobernado bien a los ciudadanos mexicanos, porque resulta que no hay rumbo y tampoco una dirección que nos indique como llegar a puerto firme.

Siguen siendo volantazos como ocurría con la administración panista de Calderón Hinojosa.

 

El “Pacto por México”

 

A pesar de la gran “obra política” y la amplia difusión que le dieron al llamado “Pacto por México”, que firmaron las tres principales fuerza partidarias: PRI, PAN, PRD el 2 de diciembre del 2012, en un acto Republicano ante la presencia del ejecutivo federal.

Una plataforma que contenía una agenda de “grandes reformas estructurales”, mismas que se nos dijo que cambiarían y moverían a México.

Para esas fechas decembrinas todo era felicidad en el Castillo de Chapultepec, el país por fin sería otro, porque los líderes políticos se habrían puesto de acuerdo y los muy humildes antepusieron sus intereses particulares por los de la nación.

Al fin los mexicanos íbamos a poder salir de la pobreza y del estancamiento social y económico, la política en su máxima expresión se había puesto del lado del pueblo, para que no la siguieran denigrando más.

Se vinieron tres iniciativas de reforma: en telecomunicaciones, educación, además de una ley de responsabilidad hacendaria para regular la deuda pública de estados y municipios. Sin dejar de lado la reforma energética.

Peña Nieto dijo “que este pacto es el primero que se firma no para enfrentar una emergencia sino por la voluntad explícita de transformar el país en una nueva etapa de su vida democrática”. En su segundo día de mandato convocó a las otras fuerzas políticas, a organizaciones civiles, líderes empresariales y sindicales, investigadores, a medios de comunicación, así como a la sociedad en general, a sumarse para que éste sea un pacto de todo México.

 

La justificación partidaria

 

Los dirigentes políticos nos echaron un “rollote”, Jesús Zambrano, hilvano una perorata diciendo que el principal partido de izquierda asume este riesgo de manera responsable, porque no apostamos al desastre en el país. Mientras, el líder nacional del PAN, Gustavo Madero, rechazó que el acuerdo cancele sus diferencias con eltricolor o condicione el ejercicio crítico o el deber de ser contrapeso; lo que hace es abrir una gran oportunidad para un momento de unidad nacional en lo esencial y lograr una competencia más civilizada en la lucha electoral.

Cristina Díaz, presidenta interina del PRI, prometió que el Pacto por México será un gran facilitador en el tránsito de los acuerdos en el Congreso de la Unión. Aseguró que la corresponsabilidad como partido en el poder público es acompañar al Presidente, pero con una verdadera convicción por México

Sin embargo los mexicanos o la sociedad siguen esperando las cosechas de la siembra del famoso “Pacto por México” y estas no llegan aún, dicen los expertos que tardaran otro sexenio para verlas florecer.

Lo cierto es que hoy no hay tal pacto, que ha dejado de funcionar y que ha sido como todos los pactos que se firman.

Bueno hasta los tres “cínicos” dirigentes de las tres fuerzas políticas, hoy son diputados federales, cuando ayer fueron los dirigentes del PRD y PAN.

Actualmente los nuevos dirigentes de la izquierda y la derecha declaran todo lo contrario a lo que firmaron ayer.

 

Un tanque de oxígeno para el gobierno federal

 

Ahora para los tres años restantes y de manera atípica, el partido que regresó al poder en el 2012, en estas elecciones intermedias logró ser mayoría calificada en el Congreso de la Unión, como para darle un tanque de oxígeno al gobierno actual.

En junio pasado del 2015, el PRI alcanzó los 10 millones 660 mil 241 votos; el PAN tuvo 7 millones 651 mil  270 votos; el PRD 3 millones, 967 mil 636 votos; Morena 3 millones, 068 mil 086 votos; Movimiento Ciudadano 2 millones, 196, 850 votos; PVEM 2 millones, 587 mil 888 votos y así los demás partiditos obtuvieron sus sufragios, salvó el PT y Humanista que lo perdieron.

Votaron el 47.05 por ciento de la lista nominal, no pudieron rebasar el 50 por ciento de la votación total y los candidatos independientes lograron 210 mil 532 votos.

En el Congreso de la Unión los grupos parlamentarios quedaron de la siguiente forma: PRI tiene 207;  PAN 108; PRD 60; PVEM 42; Morena 35; MC 25; Panal 11 y PES 8, todos estos entre diputados de mayoría relativa y representación proporcional.

En una lectura muy simple, podemos afirmar que los mexicanos se sienten “felices con el PRI” y siguen votando por ellos. Que los partidos firmantes del pacto no han logrado obtener ningún reconocimiento social y mucho menos en votos. Que la mayoría obtenida por el PRI en el Congreso de la Unión le sirve al Presidente para sacar sus pendientes, hacer algunas reformas y seguir confeccionando a su gusto los presupuestos de ingresos y egresos, pero hacia fuera los resultados y estas mayorías siguen sin funcionar.

 

Hechos que lastiman a la sociedad

 

Porque sigue habiendo temas nacionales y hechos que lastiman a la sociedad como los hechos de los 43 jóvenes normalistas desaparecidos en Iguala, Guerrero, en donde la “verdad histórica”, se convirtió en una mentira oficial, que sigue presente en algunos sectores sociales y también en el ámbito internacional.

El asunto de la llamada “casa blanca” es otro tema de impunidad, inmunidad y tráfico de influencias que la sociedad no termina de perdonar.

Más aún por las desproporciones con las que se descubren estas mansiones y riquezas inexplicables entre muchos de los funcionarios federales.

La corrupción sigue siendo un tema nacional sin resolver y que daña demasiado a la gente.

La fuga del “Chapo Guzmán” es un tropiezo más del sistema, marcó un antes y un después de todos los órganos de inteligencia oficiales, generó desconcierto y falta de credibilidad sobre la seguridad pública; además vino a poner al descubierto toda una maraña de complicidades dentro del sistema penitenciario. La burla nacional fue grande y el descredito de algunas instituciones quedó por los suelos.

La reforma Educativa, se ha convertido en una confrontación abierta en varios estados de la República entre la policía y las organizaciones magisteriales que no están de acuerdo con la evaluación magisterial.

Esta situación ha conllevado a escenarios de violencia, ha criminalizar las protestas,ha generar las desconfianzas, ha polarizado las fuerzas y anulado por consiguiente cualquier entendimiento entre las partes. Por la fuerza y obligando a los maestros nada se va a conseguir.

El sistema educativo en México, requiere transformaciones de fondo y desde abajo hacia arriba, con procesos que involucren a todos los actores, solo así se empezarán a modificar todos los graves problemas que hoy enfrenta el sistema educativo y su financiamiento público.

Los mexicanos seguimos preocupados por la seguridad, por el aumento de la pobreza, por la falta de empleos y bien pagados, por la corrupción galopante y por la falta de crecimiento económico en el país.

Tal vez por esto a la mitad de sexenio se muestra una caída muy sostenida sobre la aprobación de la actual administración, las encuestas dentro de –El Universal, Reforma, Consulta Mitofsky– le dan en promedio 39 por ciento de aprobación, mientras el estadounidense PewResearchInstitute, le otorga un 47. En ambas evaluaciones, sale reprobado.

 

La conclusión sencillita

 

“Ya Chole con tus Quejas” y ahora una conclusión sencillita: Los tres primeros años han sido de claroscuros; los grandes problemas como seguridad, pobreza y crecimiento económico no están resueltos aún; la democracia mexicana funciona pero su calidad ha disminuido; los resultados de las reformas estructurales no son tangibles; no desmanteló todo lo “malo” que dejó la administración de Calderón Hinojosa; los grupos facticos siguen teniendo fuerza y presión y los grupos de poder al interior del PRI en su disputa por el poder se han impuesto por encima de los intereses del país.

 

Lo último

 

En Paris se llevó a cabo el COP 21 sobre el cambio climático y los grandes problemas ambientales que enfrenta el mundo, nuestro país no escapa de su agresión que todos los días hacemos en contra de la tierra. Seguimos siendo los mexicanos muy sucios y contaminamos a diario nuestro medio ambiente. No tenemos políticas públicas que enfrenten ahora el calentamiento de la tierra y la educación ambiental es nula aún en las escuelas y universidades.

“En tan solo 30 años hemos destruido 30 %  de la superficie verde del planeta. Entre 1970 y 2010pasamos del tres mil millones de seres humanos a siete mil.

En los últimos 50 años se han extinguido 17 especies animales: la tortuga de las islas Galápagos, el oso de grizzili mexicano, la tijerilla  de Santa Elena, el león marino  japonés, el gorrión de costa oscura, el sapo dorado, el tigre de Java, el rinoceronte negro.

Los humanos hemos destruido el hábitat de estos animales. Muchos están en peligro de extinción y todos los días se pierden 110 especies de insectos debido a la deforestación.”