Haciendo un análisis de los números presentados el gobernador Moreno Valle en su quinto informe de gobierno, voy descubriendo que el señor no tuvo empacho en inventar los números de sus “logros”, en lo que se tipifica como la gran mentira sexenal.
Uno de los temas que utilizó Moreno Valle para restregarle en la cara a los gobernadores invitados sus extraordinarios logros fue el del ramo turístico.
Como tarabilla, la soberbia del Señor de los Cerros lo llevó no solo a contrastar sus logros con los de los tres últimos gobiernos —Bartlett, Mequiades y Marín—, sino a comparar con los números nacionales, en donde los aludidos no eran otros que los gobernadores visitantes.
Así, sin ningún sentido de buen anfitrión, Rafael decidió presumir sus números, los cuales fueron presentados de tal forma, que cualquiera hubiera pensado que hablaba de algún estado perteneciente a los Emiratos Árabes o de algún país europeo o cuando menos de uno de los que pertenecen a la Unión Americana.
En ese afán de pintar a Puebla como un estado del primer mundo, no dudó en mentir flagrantemente, con tal de ponerse medallas inmerecidas.
Así fue cómo llegó al segmento dedicado al turismo, en donde dijo lo siguiente:
“Desde el inicio de mi administración seleccionamos el turismo como el sector que a corto plazo podía crear más puestos de trabajo, en consecuencia hemos invertido 3 mil 90 millones de pesos para desarrollar infraestructura turística y rescatar nuestro patrimonio histórico.
”Durante el 2010 visitaron Puebla 6 millones 922 mil personas; mientras que en 2015 recibimos 13 millones 98 mil. Asimismo, la estadía promedio ha aumentado 43 por ciento y la derrama económica se duplicó pasando de 6 mil 10  a 12 mil 134 millones de pesos...
”...En este contexto, durante mi gestión el sector privado ha construido 5 mil 288 cuartos de hotel que equivalen al 34.7 por ciento del total existente en 2010. Es importante señalar que las habitaciones de cuatro y cinco estrellas se incrementaron en 60 por ciento.”

Sin duda, suena bien hablar con esos datos, el problema es que los números oficiales no cuadran por ningún lado.
De acuerdo a los números de la Secretaría de Turismo, en el 2014 Puebla recibió 3 millones 508 mil 823 turistas, lo que representa una ocupación hotelera del 64.79 por ciento.
Una simple regla de tres, nos dice que con base en estos datos, la ocupación hotelera de Puebla tiene una capacidad máxima anual de 5 millones 415 mil 686 personas.
Este dato frío y contundente hace imposible que nuestro estado pudiera haber recibido los 13 millones que presumió Moreno Valle en su informe.
Pero agreguemos más números.
La Sectur en 2014 publicó que Puebla contaba con 19 mil 169 cuartos, en 652 hoteles, por lo que promediando el 34 por ciento que Moreno Valle dijo haber acrecentado la oferta de habitaciones hoteleras y el 60 por ciento en 4 y 5 estrellas a lo largo de 5 años, tenemos que de 2014 a 2015 Puebla puede recibir trabajando con todos los cuartos llenos los 365 días del año a no más de 4 millones 800 mil turistas.
Y si consideramos que el propio gobernador aseguró que la estadía promedio aumentó en un 43 por ciento, esto reduce aún más la capacidad de aumentar el número de turistas, en la lógica que cada visitante ocuparía durante más tiempo su habitación.
Sobra decir que los hoteles en Puebla  no trabajan a su máxima ocupación y que en el mejor de los casos alcanzan el 70 por ciento.
En conclusión, los 13 millones de turistas anunciados por el gobernador en su informe son una gigantesca mentira.
Es imposible que Puebla reciba ese número lo cual nos lleva a una segunda mentira: la derrama de 12 mil millones de pesos en 2015.
Salvo que cada cuarto de ocupación doble fuera atiborrado por ocho personas diariamente, como el hacinamiento que se da en las cárceles poblabas, es materialmente imposible que Puebla haya recibido la cifra que Rafael les restregó a sus gobernadores invitados.
Sin darse cuenta, Moreno Valle puso a Puebla al nivel de capitales turísticas como Madrid o París y dejó a Acapulco comparado con Puebla en niveles de pueblo mágico.