El manejo de los tiempos en una campaña tan corta y compleja como la que se vivirá en Puebla va a ser vital para definir al ganador de la contienda.
De momento, la visita de Peña Nieto el pasado martes a Puebla sirvió para que los priistas exhibieran sin recato las armas con las que buscarán ganar la guerra electoral.
Con un certero golpe mediático, debilitaron al mandamás poblano que tímidamente atestiguó el pase de revista de Enrique Peña a su ejército electoral conformado por todos los delegados federales.
Con todo el respaldo del poder federal, la virtual candidata Blanca Alcalá se sacudió la imagen angelical para lanzar el primer cuestionamiento a la administración morenovallista.
En su posición de senadora pidió a los legisladores federales realizar una investigación a fondo sobre el fideicomiso privado que administra los multimillonarios pagos de los PPS en lo que —a todas luces— es una deuda disfrazada.
Por vez primera, Blanca levantó la voz y lo hizo en un marco ideal para marcar su presencia en el primer acto público como “candidata” tricolor.
Sorpresivamente, la priista se apoderó de la agenda, aprovechando el descontrol del equipo morenovallista, más preocupado por desactivar el escándalo de la hipoteca del estado, que por responderle a la senadora.
Por si fuera poco, ayer, en esa inercia crítica, Alcalá volvió a la cargada desde su cuenta de Twitter, abordando los temas que irritan al grueso de los poblanos: transporte, fotomultas y agua potable.
No soy el único que dudaba que Blanca Alcalá fuera a realizar críticas al gobierno morenovallista. Y para sorpresa de muchos, lo hizo desde el primer día de campaña extraoficial.
Y aunque no fue incendiaria, ni tocó a Tony Gali, es innegable que esa faceta crítica era totalmente desconocida para propios y extraños.
En respuesta, Tony Gali salió al quite y fijó su postura, retomando los argumentos planteados en cabildo sobre los temas espinosos generados por Moreno Valle.
Paradójicamente, en las debilidades de Rafael, podría estar el camino del triunfo para Gali. Me explico.
Como ya lo he dicho, el reencuentro de Tony con el voto ciudadano depende de que crezca la percepción de que es él y no Moreno Valle quién gobernará en caso de ganar el 5 de junio.
Pero para lograrlo, no bastará con exigir a las concesionarias del agua, transporte y foto multas que mejoren los servicios y bajen precios. La gente está ávida de un anuncio contundente particularmente del agua, en donde un anuncio de revocación de la concesión, daría las luces que los poblanos esperan.
La antipatía que genera Moreno Valle hacia un alto porcentaje de los poblanos puede ser anulada si Gali pinta su raya.
Y así como ayer Blanca nos sorprendió poniéndose los guantes, Tony podría hacer lo propio, tomando un discurso duro para sacudirse los pasivos de Rafael.
Así las cosas, ayer vimos el primer round de esta contienda, en donde sorpresivamente la iniciativa vino del lado tricolor.
Así las cosas, habrá que esperar el siguiente intercambio de metralla, porque esto apenas empieza.

Anatere con el cuchillo en los dientes 

La que sabe que no tiene otro camino que mostrarse políticamente salvaje es Ana Teresa Aranda.
Ayer, al presentarse a registrar como candidata independiente, no dudó en anunciar que meterá a Moreno Valle al tambo si logra ser gobernadora.
Me queda claro que el camino de la doña no es sencillo y que primero deberá tener las firmas y los requisitos para ser candidata.
Pero créanme que si lo logra, le va a poner la sal y la pimienta a la elección.
No sé hasta donde le alcance a Ana Teresa, pero júrelo que nos vamos a divertir.
Con el colmillo y el oficio de la ex secretaria de desarrollo social foxista ¿se la imaginan en un debate?
Sálvese el que pueda.