Están a punto de terminar los “centralazos” de las dirigencias partidarias, para decidir a sus candidatos en las doce entidades en donde habrán de celebrarse elecciones para este 2016.
Terminada esta etapa fundamental para la vida de los partidos, empieza otra muy local, en donde  los  candidatos oficiales inician la llamada “operación cicatriz”, para conciliar intereses, evitar rompimientos y salir sin fisuras a la batalla electoral.
Sin embargo, en una de estas fuerzas partidarias (PRI), no todos quedan conformes con las  decisiones que toman sus dirigentes nacionales y optan por irse a otros partidos para lograr sus objetivos, así está sucediendo en Oaxaca, Quintana Roo y Zacatecas.
Por eso, una condición fundamental para los elegidos,  es sin duda alguna, lograr la unidad en sus respectivos partidos. Quien lo consiga en los hechos y consolide sus acuerdos, saldrá fortalecido para contender con sus adversarios. Si la unidad no es de verdad y solo es  simulación, la derrota estará más que cantada.
Porque ahora la moda en los partidos y se da en todos, es ofrecer sus “masas”, dirigentes y organizaciones al candidato que los requiera. Es la compra-venta de voluntades.
Podríamos afirmar hasta ahora que solo el PAN, PRI y Morena cumplen con mantener  sus aparatos burocráticos con cierta unidad, algo que aún no sucede en el PRD, en donde siguenpresentes su división y confrontación entre corrientes en varios estados.
Del mismo modo, a las dirigencias partidarias, los tiempos les corren y el reloj electoral empezará a marcar el momento para sus registros, por lo mismo deberán tener listas a sus estructuras electorales.
En términos de una normalidad democrática y para que la democracia electoral sirva y siga funcionando como la mejor forma posible para obtener el poder político. Así debería ser.
Sin embargo también interfieren otros factores de poder que se confrontan entre sí, por lo tanto,  los procesos electorales se vuelven menos equitativos y las disputas por el control político rebasan el ámbito local.

Elecciones 2016, a la sombra del 2018

Y en prospectiva todo apunta hacia el 2018: a nivel federal hay interés y apoyo para casi todos los candidatos del tricolor y más aún en los estados en donde no gobiernan. A nivel local y en donde son gobierno el PRI, buscan seguir manteniendo el poder público y en donde no lo son, intervienen para lograr ganar dichos estados.
Quien solo observe y piense de manera local, perderá toda perspectiva nacional y demostrara que su visión política es muy corta para entender lo que se aproxima. No son luchas o disputas ideológicas las que están en juego, son otros proyectos de más alcance lo que está en juego.
 Ahora bien, después de comentado lo anterior y de manera muy simplista, los candidatos oficiales y sus aparatos partidarios pasan a  construir sus bunkers de campaña o sus cuartos de guerra como hoy están acostumbrados a decirlo. En estos, los  candidatos planean sus estrategias con sus coordinadores, asesores y los famosos consultores de “campañas exitosas”. Desde los cuartos de guerra, saldrán discursos, propuestas, frases, promesas, encuestas, trabajo en redes sociales, campañas negras y toda clase de mentiras electorales para poder ganar y atraer votos.
Los institutos políticos, solo servirán como plataformas para llenar mítines, dar trabajo a activistas,hacer reuniones y proporcionar la estructura electoral para el día de las elecciones. En ellos, habrá desde generales hasta oficiales y cabos, todos tendrán que tomar su bote de pintura y su brocha.
Las formas de hacer campañas electorales han cambiado brutalmente, no son para concientizar, mucho menos para debatir ideas, son ahora de pequeñas concentraciones, de reuniones con focusgrup, para hacer conferencias y entrevistas de prensa y para vender mensajes.
Lo que observaremos será interesante, en la mayoría de las entidades habrá una confrontación entre PRI y PAN y solo en una o tres entidades, el tricolor enfrentará algunas alianzas partidarias. Morena lograra una buena votación y no ganara ningún gobierno local, se consolidará como una opción de izquierda en el país para el 2018.
Así mismo, los grupos y las elites partidarias se reacomodaran en algunos de sus partidos, en otros se fortalecerán y también acumularan fuerzas regionales para aspirar a la Presidencia de la República.

Sobre los independientes

Sobre el caso muy particular de Puebla y sus aspirantes o candidatos independientes, como también los hay en otras entidades, podemos decir que: 
Todos tienen un antecedente político y no son necesariamente ciudadanos o han hecho trabajo de ciudadanía como tal.
No me gusta mucho este rollo de los independientes, pero sin duda alguna son alternativas electorales que han llegado para quedarse. Por supuesto que sirven, cuando tienen objetivos claros y de vocación para servir a los ciudadanos, ante la crisis de credibilidad que viven los partidos.
Más sin embargo su trabajo se puede vulnerar y como opción para el electorado puede terminar en un juego de utilización.
Hoy mismo también lo vemos con los hechos violentos que sucedieron en la penitenciaria  de “topo chico” en Monterrey, donde perdieron la vida más de 40 reclusos. Y un gobernante como Jaime Rodríguez (el Bronco) solo sale a decir que fue una confrontación de dos grupos violentos. Es decir los independientes que tantas expectativas generan no saben gobernar en los hechos, cuando ganan.

Bajo la lupa, los independientes

Pero regresando a la aldea, tenemos que solicitaron su inscripción siete aspirantes y  todos tienen antecedentespartidarios, sea como líderes, militantes, miembros o simpatizantes.
Ellos son: Ricardo Jiménez Hernández y Leodegario Pozos Vergara, ambos con relaciones en la administración estatal; Ana Teresa Aranda Orozco, Ricardo Villa Escalera y Rubén Hernández Pérez, formaron parte del PAN y PRD; Marco Antonio Mazatle Rojas y Carolina López López.
En la secretaría General de Gobierno (SGG), Jiménez Hernández fue director de Promoción Participativa, durante la gestión de Fernando Manzanilla Prieto, cuñado del mandatario estatal, es hijo del abogado Jorge Jiménez y miembro del PRI.
Leodegario Pozos Vergara, empresario lechero de la zona de Libres, en 2010 trabajo para la candidatura de Rafael Moreno Valle, es muy cercano al actual presidente municipal de Libres y de la familia Pozos, quiénes han tenido presencia política en la región.
 Ana Teresa Aranda Orozco, fue una dirigente importante del PAN en sus tiempos, funcionaria federal en la administración de Vicente Fox y Ex militante del PAN. Critica acérrima de la actual administración local, recientemente fue fundadora de un grupo social “Puebla Libre”, encabezado por el edil de Cholula, José Juan Espinosa.
Ricardo Villa Escalera y Rubén Hernández Pérez, fueron miembros del PRD, uno candidato a la gubernatura y el otro exsecretario general de dicho instituto. Villa Escalera, ex miembro del PAN y del PRD, cuenta con el apoyo de la asociación  Opción Ciudadana. Ésta es la cuarta vez que el político y empresario busca ser candidato al gobierno estatal. Las dos primeras postulaciones se dieron bajo las siglas de Acción Nacional en 1986 y 1992, y por el PRD en 1998.
Marco Mazatle, exlíder sindicalista de los telefonistas, activista social, quien junto con Ricardo Jiménez formaron el MAS (Movimiento de Alternativa Social), una organización crítica del gobierno, que hace conferencias para denunciar problemas político y con un portal que difunde todas su actividades. Su aventura política fue cuando formo parte de la planilla de regidores del candidato del PRI, Enrique Agüera Ibáñez.
Finalmente veremos que sucede con ellos, más aún con quienes logren el aval de sus firmas y les entreguen sus cartas de idoneidad para poder registrase y participar. 
Sabremos si los utilizan para golpear o para minar a uno u otro de los candidatos más fuertes que contenderán por la minigubernatura.
Estamos por presenciar una interesante contienda electoral en Puebla, en donde habrá novedades políticas y juego de intereses nacionales.