En un nuevo atentado contra la inteligencia y la memoria de los poblanos, el diputado federal por Teziutlán, Juan Pablo Piña, presentó ayer un punto de acuerdo en San Lázaro para abrir una investigación sobre los acontecimientos en el penal de Topo Chico en Nuevo León, por las graves violaciones a los derechos humanos.
El boletín enviado desde la oficina de Piña Kurczyn explica textualmente el objetivo del punto de acuerdo:

DIPUTADO JUAN PABLO PIÑA, EN REPRESENTACIÓN DE LOS DIPUTADOS DEL PAN, PIDE A LA CNDH ABRIR INVESTIGACIÓN POR TOPO CHICO
El Grupo Parlamentario del PAN presentó por conducto del Diputado Juan Pablo Piña Kurczyn, un punto de Acuerdo para que la Cámara de Diputados le pida, en ejercicio de las atribuciones que le otorga el art. 102  de la Constitución, a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, que habrá (sic) una queja por violaciones graves a los derechos humanos en el asunto del penal de Topo Chico.

Vaya, vaya. Ahora resulta que el autor intelectual de la famosa y truculenta “Teoría del Cohetón”, con la cual intentaron lavarle la cara al gobernador Moreno Valle por las violaciones graves a los derechos humanos de los pobladores de Chalchihuapan que provocaron la muerte del niño José Luis Tehuatle es ahora el diputado que exige investigar los hechos de Topo Chico.
Cómo olvidar la reunión, en las flamantes oficinas del gobernador en el CIS, en la que Moreno Valle acompañado de su gabinete de seguridad presentaron por medio de Juan Pablo Piña a algunos medios los videos y pruebas de balística con impactos a cabezas de cerdos, que supuestamente demostraban que había sido un cohetón lanzado por los propios pobladores el que estalló en  la cabeza del niño José Luis, provocándole la muerte.
En aquel entonces, la “brillante” idea de utilizar cabezas de marrano para compararlas con las del niño muerto y exonerar así al Señor de los Cerros fue de nadie más que de Piña Kurczyn.
Aquí un fragmento de mi columna en la que relaté por vez primera el uso de las cabezas de marrano, lo cual fue confirmado en aquella reunión en el CIS.

Contracara
4 de agosto de 2014

Cincuenta marranos para limpiar el marranero

Ante la derrota de Rafael Moreno Valle en la arena mediática, que concluyó con una sentencia condenatoria por el grueso de la sociedad, culpándolo de ser el autor intelectual de los hechos violentos sucedidos en Chalchihuapan, en donde perdió la vida el niño José Luis Alberto Tehuatle, el gobernador ahora deberá enfrentar un largo procedimiento legal, que se convertirá en una auténtico calvario, con el que deberá convivir durante los dos últimos años de su gobierno.
Hay que insistir en que la investigación que anunció la Comisión Nacional de los Derechos Humanos por presuntas violaciones graves a los derechos humanos sólo es la primera etapa de este largo proceso, toda vez que de los resultados que dé a conocer este organismo procederá el juicio de amparo, el cual será resuelto por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en un caso muy parecido al que vivió Mario Marín cuando la Corte atrajo el caso de oficio para resolver su destino.
El problema para Moreno Valle se ha complicado con la equívoca defensa del caso al intentar mantener la absurda versión de que fue un cohetón el que mató al niño, para lo cual prepararon un video —supuestamente avalado por peritos en la materia— para demostrar con una cabeza de marrano que las lesiones que sufrió José Luis son similares a las que provoca un cohetón.
Al respecto, este columnista recibió información altamente confiable sobre la "elaboración" de esta prueba pericial, con las cabezas de marranos.
Durante seis días, los peritos contratados para certificar la versión del Cohetón estuvieron trabajando en el campo de entrenamiento de la Escuela Militarizada Ignacio Zaragoza, dependiente de la SEP estatal, con medio centenar de cabezas de marrano.
Así como usted lo lee.
Un grupo de peritos externos, personal de la Procuraduría de Justicia, media docena de técnicos y camarógrafos de Puebla TV (antes Sicom) y un par de trabajadores de la EMIZ trabajaron por más de 10 horas diarias filmando los efectos causados por diversos tipos de cohetones, en 50 cabezas de marranos.
Diferentes ángulos, distancias distintas, cohetones de mayor y menos carga de pólvora, y tras los primeros cinco días no encontraron una sola lesión similar a la que llevaban en las fotografías del niño.
Fue hasta el sexto día cuando lograron una toma que pudiera servir para que los "especializados peritos" pudieran ocuparlas para su dictamen, en el cual se concluye que las lesiones de las ondas expansivas de un cohetón coinciden con las que sufrió el cráneo y el cerebro del niño fallecido.
Tras el "exitoso" resultado, el personal de Puebla TV, en conjunto con los peritos tanto externos como los de la PGJ, se trasladaron a las instalaciones de la televisora estatal en el bulevar Atlixcáyotl para editar durante toda una noche el video que demuestra "contundentemente" la inocencia del morenovallismo en este asesinato.

El karma de la sangre los persigue

Meses después de la reunión en el CIS en donde Piña Kurczyn aseguró que no fue proyectiles de la policía sino un cohetón el que mató al niño, y de la férrea defensa que el inefable procurador Víctor Carrancá hizo en medios nacionales avalando la mentira morenovallista, la Comisión de los Derechos Humanos emitió un resolutivo echando abajo la novela escrita por Piña y avalada por Carrancá, determinando que fue un proyectil el que privó de la vida a José Luis y que sí existieron violaciones graves a los derechos humanos por parte del gobierno del estado.
Así las cosas, el cómplice de Moreno Valle en los hechos violatorios de derechos humanos en Chalchihuapan, ayer tuvo la desfachatez de pedir una investigación del caso Topo Chico.
Sin duda, los violentos y lamentables hechos en el penal neoleonés deben ser motivo de una profunda investigación.
Pero ¿con qué calidad moral lo pide Juan Pablo, cuando se atrevió a crear una historia falsa para librar a su jefe de las acusaciones a su gobierno por el asesinato de un niño?
Sin duda, el karma por la muerte de José Luis los persigue y perseguirá por toda la vida.