Durante el último año, los poblanos hemos sido testigos impotentes de los excesos legislativos del Señor de Los Cerros.
Aprovechando y abusando del poder que le da un Congreso estatal sumiso, entregado a los caprichos de su único jefe, los diputados locales se dieron a la tarea de aprobar todas las iniciativas provenientes de Casa Puebla, sin importar las aberraciones jurídicas.
De esta forma, primero fue la ley que creó la Auditoría Superior del Estado, la cual permitió nombrar como su titular a David Villanueva Lomelí, por un período que rebasa los límites del sexenio.
Posteriormente, una nueva ley creó la Fiscalía General del Estado, sustituyendo a la Procuraduría General de Justicia, lo cual permitió a los diputados nombrar al primer Fiscal General en la persona del impresentable Víctor Carrancá, quien se mantendrá por cuatro años más, rebasando los límites sexenales.
De esta forma, el Señor de Los Cerros no conforme con tener segura la complicidad de quien tendrá en sus manos la aprobación de su cuenta pública como es el auditor general; ni con tener amarrado a quién le podría iniciar una averiguación penal como es el fiscal general; sino que ahora también quiere asegurar por cuatro años al presidente del Tribunal Superior de Justicia.
Así como usted lo lee.
En esta dictadura morenovallista, el gobernador ordenó reformar la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado, para que puedan nombrar por los siguientes cuatro años al presidente del Tribunal Superior de Justicia, a la que se debe agregar que por haber modificado la ley, también cuenta con la mayoría del congreso por año ocho meses posteriores a su mandato.
Estas aberrantes decisiones confirman un golpe de estado fáctico, toda vez que Moreno Valle aseguraría el control del poder judicial, del poder legislativo, de la Fiscalía General y de la Auditoría del estado.
Es decir, que con estas medidas tiene asegurada su libertad y la de sus cómplices gane quien gane.
Pero que dándole otra lectura, queda claro que el miedo no anda en burro y que Moreno Valle tiene clara la posibilidad de perder la elección de este año.
Evidentemente, el gobernador busca amarrarle las manos al próximo gobernador o gobernadora, pero sobre todo, está comprando desde hoy un seguro de libertad.
Y en esa lógica, crece la teoría de que el gobernador está muy preocupado por la posibilidad de una derrota.
De lo contrario, ¿para qué amarrar la permanencia extra sexenal de los servidores encargados de auditar, avalar, investigar y detener a un gobernante?
Así pues, en los próximos días confirmaremos esta versión y veremos a los diputados votando en favor de la ley que dará cuatro años al Presidente del Tribunal Superior de Justicia en Puebla.
Sin duda, Maduro es la gran inspiración de Rafael.
Sálvese quien pueda.