Un tema que ha generado incertidumbre entre los pobladores de la zona limítrofe entre Puebla y Tlaxcala es la construcción de un hospital por parte del gobierno de Mariano González Zarur.

En los últimos días, el Ayuntamiento de Cuautlancingo le puso el cascabel al gato con relación a la certeza histórica sobre los límites territoriales entre Puebla y la vecina entidad.

En esa lógica, las autoridades de Cuautlancingo se han dado a la tarea de recabar información que les permita determinar que el hospital se está construyendo en tierras poblanas.

Desafortunadamente para la administración de Cuautlancingo, la única referencia jurídica que puede determinar los límites territoriales, es un decreto vigente —defendido por los pobladores del municipio limítrofe de San Pablo del Monte—, firmado por el entonces presidente Porfirio Díaz en 1899, el cual deja en claro que el hospital está siendo construido en tierras tlaxcatecas.

El problema para Puebla, es que el hecho de revivir este decreto, puede hacer que se pierda parte importante del territorio de este estado.

Así como usted lo lee.

Con la interpretación legal del decreto firmado por Porfirio Díaz, es muy probable que los poblanos descubran que no sólo el nuevo hospital se ubica en Tlaxcala, sino que, el territorio tlaxcalteca abarca la Central de Abasto y hasta medio Estadio Cuauhtémoc.

Por increíble que parezca, si jurídicamente Tlaxcala decidiera interponer un juicio sobre el conflicto territorial, podría Puebla perder hasta el Chiquihuite Azul.

Este columnista tuvo acceso al decreto presidencial y créanme que si Tlaxcala decide pelearlo, estaríamos hablando de u caso mucho más grave y delicado que el conflicto territorial entre Puebla capital y San Andrés Cholula.

Porque aquí sí nos quitan la Central de Abasto, el estadio y el corredor industrial de La Resurrección.

Y todo porque el presidente de Cuautlancingo tuvo la genial idea de pelear el hospital como suyo.

No cabe duda que lo peor que puede haber en política, es un imbécil con iniciativa.