El espinoso caso del expediente oculto de Armando Guerrero es un tema que tiene implicaciones penales y que debiera ser atendido con la seriedad que requiere.

Por donde se le busque, el hecho de que en el inicio del sexenio, Armando Guerrero se haya convertido en el consejero presidente del Instituto Electoral del Estado, presentando documentos falsos al Congreso, en particular su título profesional, implica la comisión de un delito.

Estamos hablando de un tema altamente delicado, porque la titularidad recayó ilegalmente en Guerrero Ramírez y éste a su vez, acreditó a todos los presidentes municipales actuales y a los 41 diputados que hoy componen el Poder Legislativo.

Por increíble que parezca, pese a que fueron burlados, ningún diputado local ha levantado la voz para exigir que aparezca el expediente y que se inicie el procedimiento penal para encarcelar a quien violó la ley para alcanzar un puesto público de tal relevancia.

Y por si fuera poco, el OPLE se ha convertido en cómplice de este ilícito al ocultar el expediente de Armando Guerrero.

Pese a la sistemática cerrazón, a través de las unidades de Acceso a la Información del Instituto Electoral y del Congreso del Estado, se solicitó el acceso al expediente, pero la respuesta ha sido siempre la misma: el expediente no existe.

Pero ¡oh sorpresa!, el magistrado presidente del Tribunal Electoral del Estado dijo en sesión que sí existe el misterioso expediente y que este duerme el sueño de los justos en el órgano electoral.

Esta es la historia.

Fue en la sesión del domingo, cuando al dictaminar un recurso interpuesto por Movimiento Ciudadano para tener acceso al título profesional de Guerrero Ramírez que se encuentra en el Instituto Electoral, el presidente del TEEP Adrián Rodríguez Perdomo detalló que por la Ley de Acceso a la Información y Protección de Datos personales no se puede tener el acceso al título, toda vez que el documento en cuestión no está dentro del expediente.

El magistrado explicó que en el contenido del expediente de quien fue presidente del Instituto Electoral, solo está una copia fotostática de Acta de Nacimiento, una copia de comprobante domiciliario y una copia de credencial de elector.

Es decir, que el expediente sí existe, pero no hay rastros del título profesional en cuestión.

Sin darse cuenta, el presidente del Tribunal Electoral del Estado resolvió la gran incógnita.

El expediente que le han ocultado a toda costa a los medios estuvo en manos del magistrado presidente, quien explicó que no puede ser abierto debido a que en él aparecen datos personales como el domicilio de Armando Guerrero, pero a la vez, reveló que en el expediente no existe el título ni la cédula profesional y que únicamente están las copias fotostáticas del acta de nacimiento, de su credencial del INE y del comprobante domiciliario.

Hay que recordar que Guerrero Ramírez fue funcionario del gobierno de Rafael Moreno Valle y que fue impuesto como máximo juez de los procesos electorales en Puebla.

Ahora bien, si es cierto que deben protegerse los datos personales de los documentos en los expedientes, por contener la dirección del funcionario, también es cierto que el interés público no se centra en esa información, sino en la existencia o no del título profesional.

Lamentablemente, la complicidad de los órganos electorales y del Congreso del Estado han permitido que por órdenes de Casa Puebla se proteja a un personaje que se burló de todos los ciudadanos de Puebla.

Afortunadamente, una indiscreción del magistrado presidente Adrián Rodríguez Perdomo nos confirmó lo que todos sabíamos, que el título no está en el expediente, ni estará por una simple razón, que Armando Guerrero no lo tiene.

Y pese a todas las evidencias, el expresidente jamás será enjuiciado ni pisará la cárcel, porque además de estar protegido por su padrino político, cumplió con creces con los trabajos mapacheriles que le fueron encargados.

Y aquí uno se pregunta: ¿en dónde quedó aquello de que en Puebla nadie por encima de la ley?

Nadie, excepto los cómplices del Señor de los Cerros.

Ni más, ni menos.