Ana Teresa Aranda lo logró. Sumó 154 mil firmas de las 127 mil que requiere para ser candidata a la mini gubernatura por la vía independiente, y eso que le rasuraron otros 50 mil apoyos ciudadanos.
De nada sirvieron las órdenes giradas de Casa Puebla al Instituto Electoral del Estado para bloquearla por las buenas o por las malas.
Uno de los principales temores del morenovallismo era que Ana Teresa Aranda Orozco buscara la candidatura al gobierno del estado, ya sea por un partido o por la vía independiente y esto se confirmó con los datos que adelantó el Registro Nacional de Electores, antes de que lo tenga que aceptar el Instituto Electoral del Estado.
Hay que destacar que en un último esfuerzo para desacreditar la candidatura de Ana Teresa Aranda, la secretaria ejecutiva envió diez días después de que había terminado el plazo un disco compacto con 2 mil 159 firmas, presuntamente a favor de ella, pero que no se habían entregado por un error.
Primero se presentó la supuesta sustracción de documentos del IEE y ahora aparece un nuevo disco.
Algo no funciona en el órgano electoral, que no ha presentado ninguna denuncia penal por los tres formatos que aparecieron filtrados y contienen datos personales.
La realidad es que Anatere, a quien tiene que dar las gracias, no es solamente a los ciudadanos que la apoyaron, sino a la mayoría de los consejeros electorales que le han hecho la campaña.
Al final sólo serán cinco aspirantes, tres mujeres y dos hombres, quienes a partir del domingo buscarán llegar a Casa Puebla.
La sociedad espera que ya no metan las manos los gobiernos federal, estatal o municipal, que sea una contienda de altura y se eviten las campañas negras que sólo ahuyentan a la gente de las urnas.
La vacilada
Una cosa que parece un chiste es que Carolina López, aspirante a la candidatura independiente sólo presentó mil 035 registros, de los cuales 117 están duplicados, es decir a este personaje sólo le faltaron 126 mil firmas para ser candidata, pero en su curriculum puede presumir que fue aspirante al gobierno del estado.