Sin duda el voto, es un derecho ciudadano y todos y todas decidiremos en secreto y libremente en las urnas el próximo 5 de junio quien queremos que nos gobierne.

Dignificar la política, generar un gobierno transparente, honesto, de puertas abiertas, con equilibrios para el desarrollo de nuestras diversas regiones, que atienda y escuche los problemas sensibles que nos preocupan a la ciudadanía, que piense en todos; es sin duda la aspiración de las poblanas y los poblanos para el próximo gobierno.

De ahí que es importante empezar a reflexionar sobre quien de las personas que hoy contienden por la gubernatura del estado de Puebla, nos lo ofrece, pero también y fundamentalmente quien en realidad puede lograrlo; porque también como lo sostienen los estudiosos, el voto tiene un alto significado social.

Y en ese significado social, debemos partir de que todas y todos hemos sido testigos de la historia de represión, autoritarismo, actos criminales, manipulación, caprichos, enriquecimientos ilícitos, que durante el ejercicio del gobierno actual, hemos padecido ¿Y la propuesta es la continuidad?

No podemos conformarnos los poblanos y las poblanas y aceptar la propuesta de dar continuidad a un gobierno contrario a las aspiraciones de las poblanas y poblanos como el que ha venido gobernando en estos últimos años; y ese es justamente el objetivo muy claro del actual gobierno al postular en esa alianza gubernamental con el PAN, PANAL, Compromiso por Puebla, PT y PSI a un hombre que decidió dejarse manipular como Presidente Municipal, entregando los recursos del municipio de Puebla y su administración, al Gobierno del Estado de Puebla para que decidiera el proyecto de “desarrollo” y que permitió con ello, que ese “proyecto transformador” no considerara beneficios para toda la ciudad de Puebla y sus Juntas Auxiliares circunscribiéndose exclusivamente a una zona específica de la ciudad de Puebla.

Por supuesto, hoy contamos con una rueda de la fortuna en la que se gastó 400 millones de pesos; una ciclopista que no cumple con su cometido de movilidad alternativa porque es recreativa y poco funcional de 3.5 km en la zona Atlixcáyotl con un costo de 70 millones de pesos (20 millones por cada kilómetro); un teleférico otorgado por adjudicación directa a un  costo de 166 millones de pesos con tan solo 600 metros de longitud, cuando el teleférico ubicado en las Barrancas del Cobre en Chihuahua, costó 250 millones de pesos y su longitud es de 2.8 kilómetros; obras millonarias de concreto hidráulico que no atendieron obras de drenaje e hidráulicas alternas y que hoy en épocas de lluvia nuestras calles se inundan; puentes vehiculares que han desquiciado el tráfico de vehículos; entre otros muchos.

Y hoy ¿pretenden hacernos creer que va a ser diferente? Cuando vemos el uso indiscriminado de recursos públicos para su campaña política; cuando el uso de campañas negras inició desde la precampaña; cuando a este momento ya se han presentado violaciones graves a los principios constitucionales en materia electoral; cuando día a día se hace un uso mal intencionado de encuestas como mecanismo de inducción del voto; cuando se ve con claridad el derroche publicitario; cuando se gasta en “galibuses” y se usa helicópteros para el traslado a eventos de campaña; cuando amenazan a trabajadores con la pérdida de su trabajo; cuando amenazan a concesionarios con la pérdida de sus concesiones; cuando las autoridades electorales que organizan la elección no otorgan veracidad y certidumbre jurídica y no garantizan ni certeza, ni legalidad, ni independencia ni imparcialidad, principios rectores fundacionales de estos órganos.

Si a lo que aspiramos es a dignificar la política, a generar un gobierno transparente, honesto, de puertas abiertas, con equilibrios para el desarrollo de nuestras diversas regiones, que atienda y escuche los problemas sensibles que nos preocupan a la ciudadanía, que piense en todos… ¿Quién puede contrarrestar con mayor eficacia y hacer frente de manera sólida a la alianza gubernamental que hoy postula al candidato del partido oficial en Puebla?

La respuesta la tenemos todas y todos, por ello es el momento de empezar a reflexionar sobre un voto útil y razonado de las poblanas y poblanos el próximo 5 de junio que sin duda es mejor “que dar rienda suelta a nuestro enojo y desaliento” (Peschard Jacqueline, 2015).