Entre las muchas deudas del Señor de los Cerros, está la promesa de la transparencia.

Milagrosamente, seis años después, Rafael se acordó que en campaña prometió transparentar el uso de recursos, las acciones de gobierno y todo aquello que pudiera convertirlo en un gobernante honesto.

Todo seis años después.

Así como se acordó que en campaña prometió uniformes gratis a los estudiantes de Puebla, a los cuales más que cumplirles, les dio los uniformes con cinco años de atraso.

Y lo mismo pasó con la transparencia.

Se hicieron ojo de hormiga con la promesa de crear una ley de vanguardia en materia de transparencia, al grado que los temas más delicados del sexenio fueron resguardados como información clasificada hasta por 30 años.

Ahora, cuando el gobernador está por irse, decidió presentar una Ley de Transparencia de supuesta avanzada, como si se tratara de un acto heroico.

Ahora resulta que el más opaco de los gobernadores debe ser reconocido como un promotor de la transparencia, por haber presentado una iniciativa de ley cinco años después.

Si de verdad quiere ser el gobernador de la transparencia, que abra todos los expedientes clasificados incluidos las PPS y temas como el de los helicópteros y los contratos de obra.

Si alguien ha padecido la opacidad morenovallista y luchado para abrir los expedientes ocultos es Intolerancia Diario.

Hemos tenido que llegar hasta las instancias federales para abrir el caparazón creado por Moreno Valle.

Que no venga a querer impresionar con un tema en el cual se ha cansado de burlarse de los poblanos.

Lamentablemente, pocos se atreverán a cuestionar al más oscuro de los gobernadores de México.

Ni más, ni menos.