La Contraloría del Estado y otras altas esferas del Gobierno de Puebla,  confabularon para proteger a Juan Armando Ramírez López, director de Seguridad a Instalaciones y Protección a Funcionarios Públicos, para no sancionarlo, ni siquiera cobrarle el vehículo del Gobierno del Estado, que destruyó cuando se encontraba en estado de ebriedad, vaya, ni siquiera le llamaron la atención de que además de chocar en completo estado de ebriedad estaba armado.

El poder de este hombre y de sus amigos fue tan grande que se salvó de aparecer en medios informativos, tras su "travesura" de borracho, pese a documentarse que el "señor" estaba perdido de borracho y quién sabe de qué otra cosa más.

La historia

El pasado 5 de Mayo, a las 24 horas, Juan Armando chocó en el Periférico y la 9 Sur un vehículo oficial, además de que se encontraba en completo estado de ebriedad.

‎El hombre estaba tan ebrio que al ser entrevistado por un reportero no dijo a lo que realmente se dedicaba, sino que era coordinador de la campaña de Tony Gali.

Otros comunicadores vieron que este hombre estaba armado, como consecuencia, al encontrarse ebrio significaba un serio peligro, asimismo se desconoce si tenía el permiso para portar el arma, una Beretta de calibre.9 milímetro, sin olvidar que llevaba su radio Matra.

No está por demás comentarle que el vehículo quedó inservible 

Que ninguno de los agentes que llegó detuvo a Juan Armando Ramírez López.

Tampoco está por demás comentarle que al servidor público lo trasladaron de inmediato a su casa y que el vehículo fue ocultado.

En ese momento un personaje de muy alto nivel ¿El titular de la SSPE? daba u obedecía órdenes.

Operativo silencioso 

Tras lo ocurrido, la orden fue tajante, "nadie debe de enterarse", mucho menos los poblanos.

¿Qué iban a pensar, un servidor público en completo estado de ebriedad destruyera un vehículo adquirido con los impuestos de los poblanos?.

Además estamos en campaña.

‎Y la noticia no se divulgó ni al día siguiente, ni al siguiente, ni al siguiente.

A los poblanos les volvieron a ocultar información.

Manotazo morenovallista, "aquí no ha pasado nada".

Tras el incidente, donde la Dirección de Tránsito Municipal no cumplió con su trabajo y dejó ir a un sospechoso de conducir en estado de ebriedad, incluso de estar armado.

Juan Armando Ramírez López, que por "alguna causalidad", son de los mandos desempacados de la Ciudad de México, antes DF, se pasó por debajo de las piernas la ley.

‎Personal de Asuntos Internos y de la misma Contraloría del Estado, se encargaron de desaparecer el expediente.

Cómo si no hubiera pasado nada.

Y nuestro prepotente servidor público se la pasó amenazando y pisoteando a todo su personal.

Les cargó la mano como si ellos lo hubieran emborrachado ‎y quién sabe que más, para qué destrozar una camioneta del Gobierno de Puebla.

Y así quieren repetir.

 

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