El que recibió un enorme balde de agua fría es el nuevo alcalde de Puebla, quien vivía en un cuento de hadas pensando que gobernar esta ciudad se concretaba a inaugurar obras y asistir al palenque del brazo del gobernador.

Lo sucedido la tarde del lunes en Puebla dejó en claro el abandono de las colonias del sur, donde bastó un aguacero para inundar la mitad de la ciudad.

Seguramente nadie le explicó al señorito Luis Banck que más allá de la vida social, Puebla requiere de un gobernante conocedor y comprometido con los problemas de la Angelópolis para poder resolverlos.

El hecho de no haber ordenado el desazolve de las tuberías y la limpieza de las barrancas, cobró el lunes sus primeras víctimas.

Creo que al señorito Banck le caería muy bien platicar con el gobernador electo, quien enfrentó las primeras inundaciones de su administración municipal dando la cara y hasta cronometrando los tiempos en los que atendían las inundaciones de Puebla.

Lamentablemente, el señorito Banck no tiene ni la menor idea de lo que es Puebla y mucho menos de los riesgos para sus pobladores.

Son los costos que tenemos que pagar los poblanos por tener un Congreso agachón, que designó a un alcalde que lejos de ser poblano, ignora los problemas de sus gobernados.

Y lo peor del caso es que más allá de su ignorancia de lo que es Puebla y de su falta de interés para resolver los problemas de los poblanos, el señorito Banck ya sueña con ser el sucesor de Tony Gali en Casa Puebla.

Les pido no reírse.

Un Moreno Valle vergonzante

Para el Señor de los Cerros resulta frustrante que después de despilfarrar recursos del erario público para promocionar su imagen durante los últimos cinco años y medio, no logró colocarse en la preferencia electoral de los mexicanos.

Ayer, la encuesta del diario Reforma reveló la realidad del gobernador poblano. De nada le sirvió ganar la elección en su estado y realizar giras proselitistas por todo el país para sumar apoyos panistas, porque aparece en el tercer lugar en la lucha por la candidatura blanquiazul a la presidencia. Muy lejos del puntero Ricardo Anaya Cortés.

Para trata de justificar su falta de conexión con el electorado, el otrora poderoso gobernador dijo que las encuestas “son fotografías del momento y hoy estamos ¿en qué año, perdón? ¡Estamos en 2016!.. ¡Ah bueno! Entonces hay que esperar para ver qué pasa en 2017 y sobre todo en 2018”.

Lo cierto es que le quedan poco más de seis meses para gastar recursos del erario en la promoción de su imagen.

Después de ese plazo fatal, Moreno Valle se quedará sin reflectores y sin presupuesto oficial para salir en los medios.

Si con dinero y poder, al Señor de los Cerros apenas le alcanzó para ubicarse en el tercer lugar en la lucha panista por la candidatura.

Resulta más que obvio lo que le pasará ahora que se quede sin dinero público y sin reflectores.

Veremos y diremos