Muchos diputados andan que no los calienta ni el sol, debido a que sus vacaciones de dos meses y medio, a las que pomposa y cínicamente bautizaron como receso legislativo, tendrán que ser interrumpidas para acudir por lo menos una o dos veces por semana a sesionar en comisiones.
Tal y como lo denunció Intolerancia Diario, durante dos años y medio los legisladores locales abusaron de la flojera pensando que nadie se daría cuenta de su baja productividad. Primero desoyeron a la Fundación Espinosa Yglesias que hizo un puntual estudio sobre el desempeño legislativo en Puebla, donde obtuvieron calificaciones reprobatorias.
En las últimas semanas, apareció el estudio del Instituto Mexicano para la Competitividad, el cual intentaron minimizar los desfachatados levantadedos.
El estudio, más una investigación de Intolerancia Diario, desnudó, con nombre y apellido, a los diputados más faltistas y a quienes simplemente van pero no hacen nada.
Para ahondar, Intolerancia Diario desglosó la cantidad de sesiones por comisión.
En natural consecuencia, los números resultaron alarmantes; solo 9 de las 35 comisiones cumplían con las sesiones, en las 26 restantes, sus integrantes simplemente no se presentaban.
El argumento de algunos de ellos fue que no existen temas ni pendientes, sin embargo, hay al menos 160 iniciativas presentadas por los diputados Julián Peña Hidalgo, Geraldine González Cervantes y Socorro Quezada que están en comisiones durmiendo el sueño de los justos, porque simplemente no sesionan.
Ahora, se ha ordenado a los diputados que aun cuando no tengan tema en agenda, se presenten a sesionar y algunos ya comenzaron a hacerlo.
El coscorrón que recibieron los legisladores regresando de campaña no lo esperaban, aunque no hay que cantar victoria, ya que más allá de que les hayan sacudido la modorra, de aquí a enero la mayoría votará a ciegas todo lo que les mande su patrón.
Es el deber de un esclavo del Señor de los Cerros.