Lo que nos faltaba. Que entre la creciente lista de ejecutados en Puebla apareciera un presidente municipal en funciones.

La ola de inseguridad en Puebla va en aumento, sin que nada ni nadie pueda detenerla.

Como arena entre las manos, la seguridad se le fue cayendo al Señor de Los Cerros de una manera alarmante.

Ejecuciones, secuestros, levantones, balaceras, asaltos violentos y feminicidios son el pan de cada día.

Los titulares de Seguridad Pública y de la Fiscalía General son el hazmerreír del crimen organizado, que tiene en Rodríguez Almeida y Carrancá a sus principales operadores.

Los temas de violencia que hoy acaparan los espacios noticiosos de los medios locales, empiezan a ser comunes en un estado que se jactaba de ser uno de los tres más seguros del país.

El costo de haber traído a personajes como Facundo Rosas, Víctor Carrancá y recientemente Rodríguez Almeida, ha sido muy alto y lo pagamos los poblanos.

Y así como Facundo ya hizo sus maletas para nunca volver, Carrancá y Almeida harán exactamente lo mismo cuando se les termine el hueso morenovallista.

Si de algo podrá presumir Moreno Valle es que logró convertir a Puebla en uno de los estados más inseguros de México en cinco años y sin pedir un solo peso prestado.

Si un tema olvidó ayer Rafael en su magistral conferencia en Acapulco, cuando presumió la "transformación" de Puebla, es el de la seguridad, la cual será —además de la deuda oculta—, la herencia negra para los poblanos.

Y es cuando uno se pregunta: si no puede con la seguridad de un estado, ¿cómo diablos va a lidiar con la de un país como México?

 Ah, pero eso sí, la fiscalía morenovallista recuperó la máscara de Darth Vader.

"Que la fuerza nos acompañe".