La innovadora estrategia morenovallista para mejorar los índices en materia de seguridad del estado y con ello fortalecer las aspiraciones presidenciales del Señor de los Cerros, se estrella con la triste realidad.

Por más que traten de tapar el sol con un dedo, la inseguridad en Puebla rebasó al gobierno.

Para muestra, un botón.

De acuerdo con la organización social Semáforo Delictivo, de los 8 indicadores de inseguridad que mide mensualmente, Puebla reprobó 5 en julio, en el mes anterior —junio— la entidad solo había reprobado tres.

Las cinco variantes rojas de la entidad tienen que ver principalmente con los delitos de alto impacto: homicidio, secuestro y violación; aunque también reprobó en robo a vehículo y robo a negocio.

Las cifras que presenta el proyecto social ciudadano también son más elevadas en julio que las de un mes anterior. Durante el sexto mes de 2016, la entidad solo tenía marcas rojas en 3 criterios: homicidio, violación y robo a vehículo.

Los rubros que más se dispararon entre junio y julio de este año de acuerdo con Semáforo Delictivo son secuestro, que pasó de 0 a 5 casos; extorsión de 7 a 9; robo a negocio de 161 a 175 y violación que incrementó 10 incidencias al pasar de 50 a 60 casos.

Así que por más cercos que ponga el fiscal general del Estado, Víctor Carrancá, la delincuencia no cede.

La trampa para dilatar la recepción de denuncias, inhibiendo el interés ciudadano de declarar la comisión de un delito y así disminuir las estadísticas, solo está en los sueños de los funcionarios morenovallistas, la realidad está ahí, en las mediciones como de las Organizaciones no Gubernamentales.

Manotazo en la mesa de Anaya

En la Tercera Reunión Plenaria de los diputados del PAN, que se realizó en Jiutepec, Morelos, el líder nacional del blanquiazul, Ricardo Anaya Cortés, dio un manotazo en la mesa y dejó fuera al grupo de Moreno Valle.

Sin mayor contemplación, Anaya designó a Javier Bolaños y Guadalupe Murguía como los responsables de presidir la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados en el segundo año de esta legislatura, cada uno estará en el cargo seis meses.

De esta forma, Anaya cobijó los grupos panistas que impulsan su candidatura y cerró el paso a los grupos que tratar de arrebatarle la aspiración presidencial, como el grupo del gobernador Moreno Valle.