De golpe y porrazo. Rafael Moreno Valle decretó que en el bulevar Hermanos Serdán no puede haber moteles.
En una muestra más de su autoritarismo, el Señor de Los Cerros determinó que en la zona que está remodelando los moteles representan un giro que no puede permitir.
En esa doble moral, el gobernador decidió clausurar los moteles que operaban en la avenida de acceso a esta cuidad, porque le parece que ensucian la imagen de una metrópoli de primer mundo como la que se ha empeñado en crear.
Sus propias palabras definen su retrógrado pensamiento: "Estamos siendo muy estrictos, porque antes, sobre la avenida Hermanos Serdán había moteles. Ya los cerramos todos, ya no hay moteles y no los va a haber. Hicimos un operativo con el presidente municipal y les dije a los dueños: si quieren tienen todo el apoyo para poner un restaurante, una plaza comercial o un hotel de a de veras, si quieren".
Un día después, todos los moteles del bulevar Hermanos Serdán fueron clausurados.
Así o más claro que no fue la ley, sino los huevos del gobernador.
Hay que decir que la norma oficial establece que los hoteles y moteles se rigen bajo la misma ley.
La clausura ordenada desde Casa Puebla fue basada en supuestas violaciones a la ley de salud y de protección civil, pero es evidente que la instrucción era la de cerrar los moteles a como diera lugar.
Sobra decir que las supuestas infracciones de estos son las mismas que las de los moteles de toda la cuidad, con la diferencia de que unos están en la nueva vialidad morenovallista y los otros no.
Y viene otra pregunta: ¿Qué es peor, un motel o un table dance que opera libremente hasta el amanecer?
El fondo es que uno está en la Hermanos Serdán y los otros ocultos en los suburbios de la capital.
Salta a la vista que a Rafael solo le preocupa la apariencia de la ciudad y no sus problemas.
Es la doble moral que hoy gobierna Puebla.