No podría ser de otra manera, el territorio poblano es más seguro para la mafia organizada.

Aquí no solo se esconden, además enfrentan a los cuerpos de seguridad, ajustan cuentas entre bandas y perpetran toda clase de delitos.

Como el robo de hidrocarburos.

Y si no, cómo se puede explicar que un grupo de mafiosos, los chupaductos, en los límites del municipio de Esperanza y territorio veracruzano, se enfrentaran con elementos de la Fuerza Civil de Veracruz y les mataran a uno y les dejaran heridos a tres y luego, como si nada, se volvieron a refugiar en Esperanza, de la Puebla donde nuestras autoridades dicen que “no pasa nada” y lo mejor, que ninguna población está en poder de la mafia.

¿Ya habrán pasado por Venustiano Carranza, o donde se asienta el “Triángulo Dorado”, la Mixteca poblana, la Sierra Norte, la..?

La mañana del lunes, en la autopista Puebla-Orizaba, en el kilómetro 221, a metros de donde opera un estanquillo de venta de gasolina robada, policías veracruzanos fueron recibidos a balazos por mafiosos que custodiaban una toma clandestina donde sustraen la gasolina, que además presentaba una fuga.

En ese lugar quedó 1 policía muerto y 3 más fueron a parar al Centro de Salud con Servicios Ampliados (Cessa) de Puebla.

Mientras los uniformados asimilaban la derrota, de ambos lados —Puebla y Veracruz— llegaron elementos de la Policía del Estado, además de ambulancias, los primeros trasladaron a los heridos a un hospital cercano.

Luego, y como siempre, reinó la confusión.

Si eran de aquí o de allá, el caso es que los malandros volvieron a ganar.

Y como ocurre, las victorias tienen mil padres, las derrotas son huérfanas.

 

Tehuacán, centro neurálgico de la delincuencia

Y las reuniones prosiguen, lo mismo que los acuerdos.

Policías prometen cuidar aquí y allá, además de que se reúnen para estudiar “el perfil de la delincuencia” y prometen atacarla, pero nada.

No tiene mucho la muerte de una mujer por asalto, otra que fue violada y asesinada y un sinfín de agresiones armadas.

El gobierno de Puebla pensó que si sacaban a pasear a sus policías del estado y los presumían con vehículos y armas por toda la ciudad de Tehuacán, se iba a acabar la delincuencia.

Pensaron que si ya habían decomisado cuatro vehículos con reporte de robo, si ya habían detenido a sus conductores, entre estos un adulto de más de 70 años de edad, todo iba a cambiar.

Se volvieron a equivocar.

Antes del mediodía del sábado 27 de agosto, tres hombres que portaban armas de asalto ingresaron disparando a diestra y siniestra a las instalaciones de una constructora que se ubica cerca de la cantera, en el fraccionamiento Mayorazgo.

Una vez que los delincuentes habían causado terror, se apoderaron de la nómina de la empresa y se dieron a la fuga en una camioneta blanca y una motocicleta.

Ya cuando los ladrones habían escapado llegó la policía, solo para dar fe de que en piso, dentro y fuera de la empresa, había cartuchos percutidos de AK-47.

Y entonces

¿Dónde está la tan prometida seguridad para los tehuacanenses?

 

Nos vemos cuando nos veamos.