Una peligrosa bomba de tiempo es la que acecha a la "Franja del Huachicol”. Esta es la escalofriante versión de una fuente bien informada en esta materia.

Resulta que además de los combustibles como la gasolina, ahora van por el gas.

Un grupo de huachicoleros trajo de Tamaulipas a "expertos" en la ordeña de gasoductos, en un procedimiento que es mucho más complejo y peligroso que la extracción de los demás combustibles.

La capacitación ya concluyó y ahora inician con este procedimiento, que pone a todos los municipios de la llamada "Franja del Huachicol" en un peligro de magnitud insospechada.

En ese nivel de riesgo se colocan los municipios de Amozoc, Chachapa, Tepeaca y otras poblaciones vecinas.

Un experto en la materia explicó a este columnista que una fuga podría provocar explosiones similares en dimensión, a las de San Juanico en 1984, que causaron la muerte de más de 600 personas y dejaron heridas a otras 2 mil.

La tragedia de San Juan Ixhuatepec en el municipio de Tlalnepantla de Baz, en el Estado de México, se dio precisamente en ductos de gas LP y en almacenamiento de gas licuado.

Lamentablemente la voracidad de los chupaductos y la complicidad de las autoridades municipales y estatales para proteger a estas bandas, podría provocar una verdadera tragedia.

El mayor problema es que pese a que las autoridades saben de cada movimiento de las bandas del crimen organizado que operan en esa región, no mueven un dedo para detenerlas.

La balacera de Chachapa de dos horas, la ejecución de un huachicolero en medio de una lluvia de plomo en Los Reyes de Juárez y los constantes enfrentamientos en “El Triángulo Rojo”, convierten a esta en una especie de Franja de Gaza, donde no es la religión la que marca la guerra, sino la ambición por el negocio del robo de combustibles.

Y es aquí donde se debe exigir a los gobernantes que tomen cartas inmediatas en este delicado asunto.

Porque si no les importaba que ordeñaran de manera despiadada los otros combustibles y hasta tenían una probada complicidad con la mafia, ahora lo que está en riesgo es la vida de miles de poblanos, que ante una explosión de gas, la muerte marcará a quienes gobiernan con los brazos cruzados.

Por lo pronto, no pueden decir que no estaban avisados.

Solo el tiempo nos dirá si tomaron al toro por los cuernos, o si decidieron quedarse tras el burladero.

Veremos y diremos.