En un grave error de cálculo, hace unos días Rafael Moreno Valle se manifestó en contra de las posiciones legislativas por la vía plurinominal.
Traicionado por su afán protagónico, el suspirante presidencial olvidó, en primera instancia, que él ya fue diputado local por esa vía y también perdió de vista que en 2018 podría necesitar aparecer en la lista plurinominal del PAN al Senado de la República.
Y es que el nulo crecimiento de sus niveles de conocimiento a nivel nacional hace muy complicada su aportación por la candidatura presidencial, por lo cual todo indica que el único reducto para el nieto del general es el Senado.
El problema radica en que su proyecto político, en caso de no ser el abanderado panista a la Presidencia, el plan B es la senaduría para él y la gubernatura para su esposa Martha Érika Alonso.
Y es ahí en donde la plurinominal se convierte en el único camino para mantener vivas las ilusiones para 2024.
Resulta impensable que aparezcan en las boletas de 2018 Rafael para senador y su mujer para gobernadora.
Por esa razón es que necesitaría de la lista plurinominal para no coincidir en las boletas con su esposa, en una acción que de manera natural provocaría el repudio del electorado.
La ambición política familiar quedaría burdamente confirmada y el riesgo de una derrota sería muy alto, sobre todo con la presencia de Morena y AMLO en la boleta presidencial, dividiendo la votación en tercios.
Así las cosas, muy caro podría resultarle su repudio abierto contra las plurinominales, ya que es altamente probable que necesite una para 2018.
Para su mala fortuna, su declaración ya quedó grabada y publicada en los medios, marcándolo como un incongruente en caso de que busque por esa vía convertirse nuevamente en senador.
Son las consecuencias de manifestarse públicamente sin pensar los alcances de sus propuestas políticas.
No sería extraño que en los próximos días termine reculando, una vez que se dé cuenta de la barbaridad cometida.