Los números que arrojaron en Puebla las elecciones presidenciales de 2006 y 2012, debieran ser razón suficiente para que el insomnio viva en la habitación principal de Casa Puebla.

El hecho de que AMLO haya superado en número de votos a Felipe Calderón en 2006 y a Enrique Peña en 2012 en la entidad, no tuvo mayores implicaciones para los poblanos, considerando que en aquellos años no se elegía gobernador.

Sin embargo, de repetirse este comportamiento electoral, Morena podría pelear la gubernatura subido en la inercia de López Obrador.

Rafael y Martha Érika saben que un buen candidato de Morena puede ser más peligroso que el abanderado tricolor.

El crecimiento que tuvo Movimiento Regeneración Nacional en la elección local, consolidándose como la tercera fuerza en el estado, terminó de poner muy nerviosos a muchos morenovallistas que pensaban jalar el voto de la izquierda para 2018, afiliando masivamente a burócratas al Partido de la Revolución Democrática.

Una burda manera de engañarse ellos mismos, ya que a quienes planean afiliar son los mismos que se encuentran en el listado de Acción Nacional, Nueva Alianza y hasta Compromiso por Puebla.

La realidad es que Andrés Manuel López Obrador sabía que no iba a ganar la elección de 2016 para la gubernatura y quiso conocer el voto real de su corriente sin él en la boleta, por lo cual puso a un candidato de la vieja izquierda universitaria que no atraería un voto adicional a los presupuestados, para de ahí preparar el terreno rumbo a 2018.

Ahora Morena tiene dos cartas reales para pelear la gubernatura en 2018, el diputado federal Rodrigo Abadala Dartigues, y el presidente municipal de San Pedro Cholula, José Juan Espinosa Torres, ambos jóvenes y con la línea de Andrés Manuel.

Bastó que hubiera una reunión en la Cámara de Diputados para que echaran a andar el aparato a fin de descalificar el encuentro y tratar de ponerles los guantes para que se enfrentaran entre ellos, pues a quienes sueñan todavía con que la izquierda puede estar con Moreno Valle en la próxima elección, no les conviene que el partido del tabasqueño se fortalezca.

Los dos personajes están haciendo su trabajo, Rodrigo Abdala se ha convertido en uno de los críticos en San Lázaro con posturas congruentes señalando al gobernador y sus negocios; en el caso de José Juan Espinosa, buena parte de los cholultecas están satisfechos con su gobierno, pese a la operación mediática que hay en su contra.

De seguir así las cosas, no hay duda que 2018 será una elección de tercios donde la marca de AMLO podría sacar un triunfo histórico en Puebla.

Se cazan apuestas.

La lucha contra la pobreza al estilo RMV

Cuando el gobernador habla del combate a la pobreza se olvida de mencionar que a la empresa Audi le dio un subsidio de 17 mil 300 millones de pesos que representan cinco veces el presupuesto que se destina anualmente al rubro señalado.

Los recursos que se le otorgaron a la armadora contrastan con 0.28 por ciento del presupuesto total del estado, cifra que se destinó este año para el campo solo 60 millones de pesos.

¿Y todavía el Rafael critica a Trump?

Tal para cual.